Daren las atacaba una y otra vez, mientras que ellas como podían se defendían. Pero ya con sus cuerpos llegando al límite le era casi imposible no evitar los mordiscos del lobo. Este último golpe que les dio, hirió de gravedad a Deysi quien ya no se pudo levantar más del suelo. Aun en forma de lobo gemía como un cachorro herido.
Megan al verla tan mal, saco fuerzas de todas partes e intento continuar protegiendo a Shery y Deysi. Se coloco en medio de las chicas y Daren y le volvió a gruñir. El lobo también hizo lo mismo y ambos chocaron sus cuerpos peludos mordiéndose y lastimándose. Megan gimió de mucho dolor, Daren la había tomado por el cuello con sus afilados dientes causándole un terrible daño a la pequeña loba.
Al final la soltó, tirándola como un trapo viejo al suelo. Megan respiraba con dificultad y poco a poco volvió a su estado humano. Daren al ver a las chicas derrotadas, también opto por volver a su estado normal.
—She… Shery, tienes que… Quejido. —Huir, vete ahora. Le dijo con un hilo de voz Megan para quedar inconsciente luego.
—¿Huir? ¿Pero a donde? Esta cabaña está rodeada por muchos lobos.
—Daren ¿Por qué haces esto?
—Porque te largaste de casa, me has cabreado tanto. Y después de usarte todo lo que me dé la gana te matare Shery. Además apestas a ese maldito crío de lobo, te acostaste con él, perra maldita.
—Has enloquecido.
—Lo matare, te lo prometo.
Se acerco tanto a ella que retrocedió hasta toparse con la pared de la chimenea. Sus manos palmearon el filo del metal de la varilla con la que removían la leña ardiente la tomo con fuerza, mientras observaba como Daren se aproximaba a ella.
—No pensaba matarte, pero por tu osadía de fugarte ahora veras de lo que realmente seré capaz de hacerte preciosa. Entregarte a otro tampoco ha sido la cosa más estúpida que hayas hecho, aparte de largarte de mi casa.
—¡De tu prisión mejor dicho!
En cuanto le fue a poner un dedo encima Shery clavo la varilla de metal en su muslo hundiéndolo profundamente. Daren dio un grito de dolor, y mientras se sacaba la estaca metaliza de su pierna que sangraba a chorros Shery aprovecho para salir corriendo lejos de él.
Con lágrimas en los ojos y el corazón agitado la joven corría sin dirección alguna, su cabeza estaba nublada ya no pensaba en nada. El miedo era tan grande que solo pensó en correr, sabiendo que el iría detrás de ella.
—SHERYYYYY… MALDITA PERRA, ME LAS PAGARAS.copy right hot novel pub