Doria miró la información que tenía delante, frunciendo el ceño:
—¿Hay otros distribuidores de materiales que estén disponibles?
—No hay ninguno por el momento. Antes... yo no me encargaba de estos asuntos y ahora el Sr. Jairo está enfermo y ha sido hospitalizado recientemente. Así que...
Doria respondió:
—Déjame pensarlo.
Gonzalo asintió y se fue.
Sin embargo, Gonzalo volvió por la tarde justo antes de que Doria pudiera pensar en una solución:
—Señora Doria, el asunto se ha resuelto.
Doria se quedó sorprendida.
—¿Cómo que se ha resuelto?
—No estoy seguro de que aún recuerde al Grupo Complex
Doria estaba desconcertada:
—¿Grupo Complex?
—Sí, es una empresa extranjera que ha trabajado antes con el Grupo Santángel y que más tarde pujó por los terrenos del Grupo Collazo en la calle Primavera.
Doria frunció suavemente los labios, pues lo sabía.
Gonzalo añadió:
—El jefe del Grupo Complex llamó hace una hora y dijo que podía proporcionarnos un nuevo lote de materiales. Samuel Ordoñez ya había ido a verlo y dijo que no había problema.
Samuel Ordoñez era el marido de Candela Duarte.
Al ver que Doria se quedaba sin palabras, Gonzalo pensó que estaba inquieta:
—¿Quieres ir a verlo por ti misma?
Doria negó con la cabeza:
—No es necesario, ¿ya realizaron el pago?
Gonzalo dijo:
—Estaba a punto de decirte que no nos han cobrado ni un céntimo por este lote de materiales. Dijeron que el proyecto con el Grupo Collazo aún estaba en marcha, por lo que esto sería un favor para el mismo, y sólo pidieron que se les diera una concesión mayor después.
Doria preguntó:
—¿Este proyecto sigue en marcha?
—En realidad se detuvo después del incidente del Grupo Collazo, y se reinició recientemente. Pero he oído que no se siguió el proyecto de licitación anterior. No estoy seguro de los detalles...
Con la situación actual del Grupo Collazo, era difícil valerse por sí mismos, y no había manera de interferir con ellos en absoluto, pues el dinero mandaba.
Pero lo bueno era que cuando se firmaba el contrato, no importaba lo que quisieran hacer, el Grupo Collazo podía simplemente tomar el dinero. Además, también enviaron este lote de materiales en un momento crucial.
Doria dijo:
—No te preocupes, déjalo así.
Gonzalo se fue mientras Doria sostenía su bolígrafo, él no sabía en qué estaba pensando ella.
Al cabo de un rato, Doria marcó el número de Daniel:
—Salgamos a hablar un rato.
***
Media hora más tarde, en el café debajo del Grupo Collazo...
Doria fue directamente al grano, sin andarse con rodeos:
—Siento lo que pasó la última vez.copy right hot novel pub