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Mi pretendiente es mi EX-MARIDO

Capítulo 588: Pensé que era una invitación

Édgar fue expulsado de la habitación y encerrado fuera después del beso.

Golpeó la puerta y razonó:

—¿Puedes ser razonable y dejarme entrar?

Doria respondió inmediatamente:

—¿No sabes que siempre he sido poco razonable?

Édgar se tocó los labios mientras saboreaba el beso y volvió al sofá con una amplia sonrisa en la cara. Doria, por su parte, estaba tumbada en la cama. Empezó a bostezar cuando la medicina empezó a hacer efecto. Se cubrió con la manta y se durmió lentamente.

Más tarde, durante la noche, la despertaron los truenos. Doria se sentó en la cama y escuchó el repiqueteo de la lluvia. De vez en cuando podía sentir una brisa fría que soplaba en la habitación.

Entonces recordó que la manta que había cogido para Édgar era bastante fina y empezó a preocuparse de que su frío empeorara... Cuando eso ocurriera, sería ella la que sufriría. Doria se levantó de la cama y empezó a buscar una manta más gruesa para él.

Abrió suavemente la puerta y vio que Édgar seguía trabajando. Doria colocó la manta a su lado y dijo:

—¿Has recuperado la conciencia después de descansar dos días en casa?

Édgar cerró su portátil y respondió:

—Sólo estoy aprovechando mi tiempo.

Doria cogió el termómetro para comprobar su temperatura. Su temperatura corporal era normal y ya no tenía fiebre.

—Estás bien. Duerme ahora. Deberías haberte recuperado para mañana —dijo Doria.

Édgar respondió:

—No creo que me recupere nunca.

Doria dejó el termómetro y preguntó:

—¿Piensas dormir con el pelo mojado?

—Eso es porque intenté tomar prestado el secador de pelo pero no me lo diste —respondió Édgar.

—¿Estás insinuando que estoy tratando de hacer que te enfermes? —replicó Doria.

—No me refería a eso —Édgar miró al exterior y continuó—. Hace bastante frío.

—He sacado otra manta para ti —dijo Doria.

—Quiero ir al dormitorio —pidió Édgar.

Doria se burló:

—Dulces sueños.

Doria volvió al dormitorio y durmió hasta la mañana. Se sentía mucho mejor y ya no tenía la nariz tapada. Se estiró y, justo cuando iba a darse la vuelta, sintió una mano en su cintura.

Doria se quedó sin palabras.copy right hot novel pub

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