Medio mes después...
Édgarrecibió una llamada de Ciudad Sur.
Aunque los Santángel ya no podían crearle problemas, Édgar seguía siendo el responsable del Grupo Santángel. Como se trataba de una gran empresa, Vicente enviaba cada día a Édgar algunas tareas importantes y otras de menor importancia se acumulaban en la empresa.
Si Édgar no volvía, su oficina ya no podría albergar esos documentos.
Además, si Édgar permaneciera mucho tiempo en Ciudad Norte, esa gente aprovecharía para crear algunos problemas en Ciudad Sur.
Tras finalizar la llamada, Édgar permaneció largo rato en el balcón. Su espalda parecía algo distante.
Doria, que acaba de terminar un diseño, se acercó a Édgar y le preguntó con voz suave:
—¿Vas a volver?
Édgar puso una de sus manos en el bolsillo:
—Tengo que volver para tratar algunos asuntos. Tardaré un mes como máximo.
Doria dijo: —Volveré contigo.
Ella y Édgar fueron al laboratorio a ver al bebé dos veces durante este periodo. El estado de salud del bebé había mejorado mucho y no volvió a enfermar.
Álvaro les dijo que estaban en la fase preliminar del tratamiento y que hasta el momento había conseguido ciertos efectos. Sólo que necesita una etapa de observación que dura tres o cuatro meses.
Más tarde, se elaboraría un plan de tratamiento a largo plazo en función del estado de salud del bebé.
Doria sabía en el fondo que era otro proceso largo y que parecía no tener fin.
Sólo podían venir al laboratorio de vez en cuando y no tenía sentido que se quedaran aquí.
Además, deberían hacer lo que se supone que deben hacer en lugar de perder el tiempo aquí.
Édgar miró hacia ella:
—¿Quieres irte?
—¿Qué puedo hacer aunque no quiera irme? No puedo decidir sobre este asunto —Doria miró el río a lo lejos y dijo con desparpajo—. No puedo ayudar aunque me quede aquí.
Si le pedía que se fuera antes, Doria no dejaría al bebé solo en Ciudad Norte pasara lo que pasara.
Pero ahora la situación era diferente ya que Rosalina estaba aquí.
Y estaba segura de que Álvaro y Boris no harían daño al bebé.
Permanecer en el laboratorio de Ciudad Norte, donde no se permitía la entrada de personas ajenas, era mucho más seguro que permanecer a su lado.
Édgar dijo:
—Entonces nos iremos mañana por la tarde. ¿Te gustaría ir al laboratorio para ver al bebé antes de partir?
Doria negó suavemente con la cabeza:
—No.
El bebé lloraba con tristeza cada vez que venían a verlo. Álvaro les dijo que impediría su recuperación si tenía grandes fluctuaciones en las emociones.
Doria preguntó después de una pausa:
—¿Quieres ver a tu mamá?
Édgar entró en la casa con sus largas piernas:
—No.
Doria no dijo nada y se quedó mirando el paisaje en la distancia.
Llevaban casi un mes en Ciudad Norte.
Parecía que habían pasado muchas cosas durante este corto período, y al mismo tiempo también sentía que no había pasado nada.
Los que se confabularon con Agustina eran miembros de la familia Curbelo y Boris aún lo estaba investigando. Les dijo que les avisaría si tenía alguna noticia.copy right hot novel pub