Freya enarcó las cejas, haciendo flamear la ceniza:
—Señor Andrés, estoy de acuerdo con usted. Usted y Édgar son dos pájaros de cuenta. Sin embargo...
Andrés preguntó:
—Sin embargo.
—Sin embargo, tú eres un cuervo, pero él es un águila.
Antes de que Andrés estallara, Freya siguió hablando de negocios:
—Por favor, no se enfade, señor Andrés. No estoy aquí burlándome deliberadamente de usted. Ha subestimado a Édgar. Sr. Andrés, ya que planea obtener la cooperación del Grupo Santángel en solitario, debería estar totalmente preparado, ¿verdad? Le prometo que nuestra cooperación podría proporcionarle el mayor beneficio.
Andrés la miró con los ojos entornados.
Tras un momento de silencio, dijo:
—Puedo trabajar contigo, pero tengo que condicionarme.
—Dime, por favor.
—Quiero el setenta por ciento de los beneficios del proyecto—dijo Andrés.
Freya sonrió:
—Vale. ¿Y la otra condición?
Andrés respondió:
—Quiero conocer a tu jefe.
La sonrisa de Freya se endureció, desvaneciéndose poco a poco.
Andrés golpeó el escritorio con su bolígrafo:
—¿Por qué? Ya que vamos a cooperar, ¿la persona que está detrás de ti todavía quiere esconderse?
—Ese no es el caso. Su identificación es bastante especial. Tememos que le traiga problemas innecesarios, señor Andrés —explicó Freya.
—¿Parece que nunca he tenido problemas? —dijo Andrés y dejó la pluma. Se apoyó en el respaldo de su silla— Si ni siquiera puedes aceptar esa condición para demostrar tu sinceridad, no creo que debamos cooperar. Puedo buscar otro socio sincero.
Freya apagó la colilla:
—Muy bien. Entiendo perfectamente lo que quiere decir, Sr. Andrés. Pasaré un mensaje a mi jefe.
—Espero tus buenas noticias, entonces.
Fuera de la compañía de Andrés, Freya volvió al hotel.
César preguntó:
—¿Qué ha dicho?
—Él quiere verte. O no trabajaría con nosotros.
César curvó los labios en una sonrisa:
—Por supuesto, quiere ahorrarse otra salida.
—¿Quieres conocerlo? —preguntó Freya.
César, sentado en el sofá, dijo:
—Recuerdo que tiene un centro privado de exposición de joyas.
Freya encendió un cigarro:
—Eso parece. Su madre era coleccionista de joyas. Coleccionó un montón de joyas. Después de su muerte, Andrés puso su colección en el centro de exposiciones.copy right hot novel pub