Parecía haber perdido su orgullo y su arrogancia. Ni siquiera se maquilló y parecía muy cansada.
Candela se acercó a Doria y cuando estaba a punto de hablar, se encontró con la mirada curiosa de Claudia. Resopló en voz baja,
—¿Qué miras? ¿Nunca has visto a una mujer hermosa sin maquillarse?
Claudia no hablaba nada.
Doria notó que Candela quería decirle algo y le dijo a Claudia,
—Claudia, entra tú primero.
Claudia asintió y volvió a mirar a Candela.
—Más vale que no estés haciendo ningún truco o si no, no me culpes por ser grosera.
Inesperadamente, Candela no replicó a Claudia. Solo la ignoró.
Cuando Claudia entró en el estudio, Doria le dijo,
—¿Me buscas para algo?
—Te invito a un café.
Al ver lo sincera que sonaba, Doria no se negó y buscaron un café cercano.
Cuando se sentó, Candela le dijo,
—Deberías estar muy contenta al verme así hoy.
Doria dijo divertida,
—¿Por qué tendría que alegrarme? ¿Qué tiene que ver conmigo?
—¿Por qué no me dijiste que tu ex marido era el presidente del Grupo Santángel? ¿Te sentías orgullosa de verme alardear delante de ti como una tonta?
—Si te hace feliz pensar así, entonces hazlo.
En ese momento, el camarero se acercó con el café.
Candela cogió la taza de café y tomó un sorbo, dijo lentamente,
—Mi marido ahora está en prisión. He estado rogando por todas partes este tiempo, pero ninguno me trató como antes. Ya sé cómo se siente cuando lo pierdes todo. No diré más tonterías. Esta vez he venido principalmente para darte las gracias. No creo que necesites otra forma de agradecimiento, con que sepas mis intenciones, bastará.
Doria dijo seriamente,
—Si realmente querías agradecerme, no deberías haber venido.
—Tú...
Candela parecía estar a punto de decir algo, pero se tragó las palabras y resopló,
—Es asunto mío darte las gracias o no. Aceptarlo o no ya es tu problema.
—No tienes que dar las gracias, y yo no tengo que aceptarla. No me habría quedado de brazos cruzados en esa situación, aunque fuera un cerdo el protagonista, y mucho menos una persona. Sólo hice lo que me pareció correcto, no necesito el agradecimiento o la gratitud de nadie.
Al escuchar eso, el rostro de Candela se puso blanco por un momento. No era tonta, por supuesto que entendió que Doria estaba diciendo que era peor que un cerdo.
Respiró profundamente,
—Eso es todo lo que tengo que decir. No esperes que te diga nada más, definitivamente no voy a pedirte disculpas.
Doria sonrió y no dijo nada.copy right hot novel pub