Por la noche, cuando Doria estaba tumbada en la cama, quería enviarle un mensaje a Ismael, pero después de pensarlo, lo dejó.
Hablando de eso, era la primera vez que a Ismael le gustara alguien y los chicos de esta edad eran sensibles y complicados de tratar. Si ella expusiera el asunto, ¿qué pasaría si dañara a su autoestima?
Pensando en esto, Doria colgó el teléfono y se acostó en la cama.
No obstante, Doria no conseguía dormir, estuvo dando vueltas en la cama durante un rato, luego se sentó de repente y respiró hondo.
Debería estar feliz porque el gilipollas no estaba y nadie la molestaba.
Sin embargo, estaba muy molesta, como si le faltara algo.
Habían sido pocos los días que se quedó a dormir aquí, pero ella se acostumbró.
Doria se sentó un rato en la cama, luego volvió a coger el móvil y le envió un mensaje a Édgar preguntándole si todavía estaba ocupado.
Después de esperar veinte minutos, Édgar no respondió.
Parecía estar muy ocupado.
Doria puso el teléfono en la cabecera de la cama, apagó la luz y volvió a tumbarse en la cama. Se cerró los ojos y se obligó a quedarse dormida.
El siguiente día se iría a la familia Collazo, aún le quedaba una dura batalla por luchar.
Después de mucho tiempo, por fin se calmó la respiración y se quedó dormida.
Cuando Doria dormía aturdida, sintió un frío detrás de ella y era que alguien la había abrazado.
Su aliento era familiar, de modo que, Doria preguntó medio dormida,
—¿No decías que no podías volver?
La voz del hombre era grave y magnético,
—Porque me echas de menos.
«Por eso, he vuelto».
Doria no refutó, porque estaba muerto de sueño y no tenía fuerzas para refutar.
Cuando se quedó dormida de nuevo, Édgar volvió a besar sus labios.
La primera noticia que recibió esta noche fue que el Grupo Collazo y William Gilabert habían firmado con éxito el contrato y el proyecto fue entregado oficialmente a William.
Con esto, el Grupo Collazo se arruinaría poco a poco, dependiendo de lo que tardaría Rivera en descubrir las pistas.
***
A la mañana siguiente, Doria abrió los ojos y se sorprendió al ver a Édgar acostado a su lado, porque pensaba que era un sueño.
Doria no lo despertó, se levantó para preparar el desayuno y estaba a punto de llamarlo cuando Édgar ya había salido del dormitorio.
Cuando se sentó en la mesa del comedor, Édgar preguntó a Doria,
—¿Vas a la tienda tan temprano todos los días?
—No, es porque Claudia se ha ido a casa y hay muchas cosas de la tienda que yo tengo que tomar decisiones, así que estaré un poco ocupada, pero...copy right hot novel pub