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Mi pretendiente es mi EX-MARIDO

Capítulo 54: ¿Crees que todo el mundo es tan desvergonzado como tú?

La mujer de la puerta se quedó helada —No sé dónde está la despensa...

Édgar se detuvo en sus pasos, mirando en su dirección. Había una extraña mujer de pie. Su frente bonachona frunció ligeramente el ceño —¿Quién eres?

Alba estaba un poco nerviosa. Tenía las manos unidas con inquietud. Sus mejillas estaban rosadas —Soy la diseñadora de joyas la editorial de Joyería SG. Me llamo Alba. Estoy aquí hoy para agradecer al Gerente Édgar...

Édgar parecía molesto —¿Estás sola?

—Sí —Alba se mordió el labio. No sabía qué decir. Recordó su petición cuando entró por la puerta. Al instante fue como agarrar un salvavidas. —El gerente Édgar quiere un café. Voy a ir ahora...

—No —Édgar se sentó en el sofá. Las piernas largas y delgadas se doblaron. Una mirada de evidente decepción. —Qué quieres de mí.

Alba cerró la puerta. Dio unos pasos hacia delante. Miró al apuesto hombre que tenía delante. Sus mejillas estaban tan rojas como las cerezas. Me llamo Alba. ¿Te acuerdas de mí?

—No.

Su tono había adquirido un poco de frialdad. La paciencia estaba completamente agotada.

Alba se mordió el labio y luego explicó —Hace tres años. Gané el primer puesto en el séptimo concurso de diseñadores emergentes. Recibí la ayuda económica del Grupo Santángel para estudiar en París. Volví a China no hace mucho. Soy la diseñadora jefe de la editorial de Joyería SG. Estoy aquí hoy para darle las gracias. Si no fuera por ti, yo...

Édgar la interrumpió sin emoción —¿No fue Doria la ganadora del primer puesto del séptimo concurso de diseñadores emergentes?

Alba pareció sorprenderse de que él conociera el nombre de Doria. Hubo un ligero cambio en su rostro. Pero lo ocultó rápidamente —Sí. Quedé en segundo lugar. Pero usted dijo que ella era el tipo de persona que utilizaba el concurso como una forma de ganar dinero. Que la gente que quería beneficiarse de ella no se lo merecía. Así que fue descalificada. Y yo fui la que se fue al extranjero.

Édgar no dijo nada. Pasaron unos segundos antes de que dijera —¿Terminaste?

Alba no entendió —¿Qué?

—Si has terminado de darme las gracias. Ya puedes irte.copy right hot novel pub

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