Modo oscuro
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Mi pretendiente es mi EX-MARIDO

Capítulo 99: ¿Le gustas un poco?

Claudia se mantuvo diez segundos enteros en silencio al otro lado del teléfono y se presentó formalmente, —Hola gerente Édgar, soy una nueva amiga de Doria, mi nombre es Sara Brea.

Édgar le contestó indiferentemente, —¿Sí?

—Jaja, sí, es totalmente un placer conocerle gerente Édgar, no les interrumpo.

Hablando, colgó el teléfono con la velocidad más rápida de su vida.

Después de que terminó el tono de ocupado en el teléfono, toda la habitación cayó en un silencio sepulcral.

Doria nunca había deseado tanto desaparecerse de este mundo. Los ojos del hombre eran oscuros y profundos, tan fríos como un estanque sombrío. Ella retiró lentamente la mirada, moviendo la mirada hacia abajo poco a poco, como si quisiera perforarse en el espacio entre él y las sillas para escapar.

Sin embargo, cuando le acababa de aparecer la idea, Édgar cerró los brazos y ella casi se cayó dentro de su abrazo.

Doria se detuvo, se sentó rápidamente en la silla y miró por la ventana, dijo —Jaja, gerente Édgar, mira fuera ...

—¿Me das una explicación?

Doria aceleró su cerebro para buscar una explicación, ya que no le podía decir a él que ellas siempre lo habían llamado de esa manera en privado. Algunas cosas eran suficientes con entender y por qué él tenía que hacerle decir las cosas claras.

Doria pensó por un momento y dijo con seriedad, —Gerente Édgar, no llamaste a la puerta.

—Llamé.

“Vaya, no hay forma de encontrar problemas por su parte.” Doria pensó.

Cuando Doria se volvía loca pensando en cómo responder, de repente, Édgar retiró la mano, se puso de pie y le dijo en voz baja, —Se está enfriando la leche, bébela primero.

Doria fue apresuradamente a buscar la taza de leche, como si fuera su salvavidas.

No obstante, ni que ella hubiera tomado un respiro, Édgar se sentó en el sofá y le dijo, —Después de beber la leche, tómate tiempo para pensar la explicación.

Doria se ahogó directamente bebiendo la leche.

Bebió la leche al ritmo más lento de su vida, luego se lamió los labios, con un tono serio y sincero pidió disculpas, —Gerente Édgar, lo siento mucho, estaba equivocada.

Édgar no levantó ni la cabeza y le exigió, —¿Dónde cometiste el error?

—No debería haberte criticado a tus espaldas y lo más importante es haberte dejado escuchar esa conversación.

—Entonces, ¿quieres decir que me podrías criticar si no te hubiera escuchado?

Doria negó con el gesto de mano y dijo, —No, no, por supuesto que no quería decir eso.

“¿Por qué este cabrón me presiona tanto? Aunque yo no tenga razón en este asunto, él también dice muchas cosas malas sobre mí.copy right hot novel pub

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