Al ver esto, Diego inmediatamente reprendió:
—¡Vicente! ¿Qué pasa? ¿Por qué eres tan malo? ¡Diana es una mujer embarazada después de todo!
Volviéndose de nuevo hacia Diana, dijo:
—¿Está todo bien? ¿Te has asustado, te duele el estómago?
Su preocupación, por supuesto, no era por Diana, sino por el bebé en su vientre.
—Sí, está bien —Diana entró en pánico, intuyendo que algo mal estaba a punto de suceder, y temblaba de miedo.
—¡Qué demonios está pasando! —Diego regañó a Vicente.
Resultó que Vicente había recibido una llamada del hospital.
El hospital dijo que el médico que estaba a cargo de Diana había renunciado a su puesto, por lo que el hospital reemplazó al médico a cargo de Diana.
Tras una larga disputa, el hospital decidió decir la verdad a Vicente por ética médica.
Todas las pruebas de embarazo fueron falsificadas por Diana.
Vicente miró a Diana con rabia y bramó palabra por palabra:
—¡Diana, dime la verdad, en realidad no estás embarazada en absoluto!
La cara de Diana cambió mucho, e inmediatamente se obligó a calmarse:
—¡Ah ... Viciente, de qué estás hablando! ¿Incluso me acompañaste a la revisión de maternidad? ¿No?
Diana miró a Vicente con esperanza, intentando que ésta admitiera que lo que acababa de decir era sólo una broma.
—¡A estas alturas, sigues fingiendo conmigo! El médico que estaba confabulada contigo, ha renunciado a su puesto y no hay nadie en el hospital que te cubre ,ás. ¿Tengo que ir al hospital y echarte en cara las pruebas antes de que lo admitas? Diana, eres genial, eh, ¡¿te está engañando a toda la familia Cabrera?!
—¡No! No es así...
Quería refutarlo, pero pudo.
¡Ella lo odiaba tanto en su corazón a ese médico que había renunciado al trabajo después de cobrarle tanto, poniéndome en esta situación!
Diana ahora se sentía enfadada, asustada al mismo tiempo.
Diana miró los fríos ojos de Vicente y se le saltaron las lágrimas. Tenía tanto miedo de que el hombre al que tanto le había costado conseguir, la abandonara.
Diana lloró y tiró de la mano de Vicente firmemente:
—Tranquilo, tienes que perdonarme, ¡no era mi intención! ¡Te quiero, te quiero tanto! No puedo vivir sin ti.
—¡Suelta mi mano! —Vicente miró a Diana con fiereza y se esforzó por quitarse de encima la mano de Diana, pero el agarre de ésta era demasiado fuerte, como si una persona que se estuviera ahogando se aferrara a la última esperanza.
—¡Dijiste que querías romper conmigo, pero yo no lo quería! Te amo demasiado, sólo hice esto para mantenerte a mi lado, por eso hice esto. No puedo vivir sin ti, moriré sin ti. He hecho tantas cosas, y sé que las odias, pero ¿por qué las hago una por una? Es porque realmente te quiero a ti mucho. ¡Por favor, no rompas conmigo, por favor...
Diana pensó para sí misma que al principio de verdad quería quedarse embarazada.copy right hot novel pub