Toda la sala se sorprendió ante las palabras de Vicky. Sólo habían venido para asistir a un funeral y no esperaban escuchar una noticia tan impactante.
Al mismo tiempo, los presentes señalaron con el dedo a Ramón. Una de sus hijas acababa de morir y ahora su mujer venía a decir que su otra hija ni siquiera era suya.
—¿Qué estás balbuceando? —al notar las miradas extrañas que le dirigía la gente, Ramón se adelantó y le dio una fuerte bofetada a Vicky, arrastrándola hacia la puerta—. Te vuelves conmigo ahora y no me avergüenzas aquí.
Apartando a Ramón con todas sus fuerzas, Vicky replicó con fuerza.
—¡No estoy diciendo tonterías!
Volviéndose, Vicky miró de nuevo a Valeria y le dijo con una mirada siniestra:
—Valeria, te he odiado desde la primera vez que te vi... no eres más que una cabrona, ¡quién te he dado derecho a vivir en mi casa!
—Te había llevado al hospital para que te hicieran una revisión sólo para que te dieran un certificado falso para que Ramón te echara de la familia Pinto, pero para mi sorpresa, Dios me ayudó, tú no eres realmente hija de Ramón.
El comentario de Vicky le hizo recordar a Valeria que cuando era pequeña, Vicky sí la llevó al hospital para que le hicieran un chequeo, diciendo que tenía que ver lo delgada que estaba, y que debería hacerse un chequeo adecuado de su cuerpo.
Valeria se sintió emocionada en ese momento, pensando que esa señora era bastante amable con ella, pero no esperaba que las intenciones de Vicky fueran así.
—Eso no es posible, si sabías que no era hija de Ramón, ¡cómo no se lo dijiste! —Valeria nunca iba a creer nada de lo que dijera Vicky.
Según lo que dijo, el propósito de Vicky en primer lugar era echarla de la familia Pinto, así que ¿cómo no se lo dijo a Ramón, sino que se guardó el secreto durante todos estos años?
—Eso se lo tienes que preguntar a tu buena madre —Vicky miró de reojo a Bárbara— ¿Qué, Bárbara, no vas a decir algo?
—Mamá, ¿qué está pasando aquí? —Valeria miró a Bárbara, con la cara llena de confusión.
En cuanto Vicky le había dicho que Valeria no era la verdadera hija de Ramón, Bárbara se había quedado sin palabras y ahora, al ver la cara de angustia de Valeria, temblaba de miedo.
—Valeria, es que... yo .copy right hot novel pub