Cuando Valeria llegó al dormitorio, Aitor estaba sentado en la cama, pero miraba los papeles que tenía en las manos sin prestar atención a Valeria.
En el momento en que vio que Aitor no la miraba, a Valeria le entró el impulso de huir corriendo, pero luego pensó que ya lo había hecho, y con la cara roja preguntó:
—Aitor, ¿quieres, quieres algo de agua?
—Bueno, gracias —sin levantar la vista, Aitor respondió a Valeria.
Dejando escapar un suave suspiro, Valeria cogió un vaso y se dirigió a la fuente de agua de la habitación. Mirando a Aitor, que seguía mirando sus papeles, dudó un momento y preguntó:
—¿Quieres agua caliente o fría?
Aitor frunció un poco el ceño ante eso, ¿no había bebido siempre agua tibia? Después de vivir juntos durante tanto tiempo, Valeria debería conocer este hábito suyo. Pore eso, no entendía por qué le preguntó eso.
Algo desconcertado por la pregunta de Valeria, Aitor finalmente levantó la vista hacia ella.
Al ver a Valeria, Aitor se quedó pensando por un momento antes de que un fuego de deseo surgiera rápidamente en sus ojos.
—Agua tibia, por favor —mirando a Valeria en silencio durante un momento, Aitor respondió a su pregunta. La voz ronca se dirigió hacia Valeria con una ligera seducción, y lo único que pudo sentir Valeria fue que todo su cuerpo se calentaba ante la visión y la voz actractiva de Aitor.
—Bueno, ya veo —con voz ligeramente nerviosa, Valeria respondió a Aitor y se dirigió lentamente hacia él con un vaso de agua.
El camisón, algo revelador, queda justo en el cuerpo de Valeria, revelando su perfecta figura. Aitor tenía la boca seca y sudaba mientras miraba a Valeria acercarse a él.
—Aquí tienes —al acercarse a la cama y entregarle a Aitor el vaso de agua, Valeria bajó la cabeza y apartó los ojos, sin atreverse a encontrar la mirada de Aitor.
Sin tomar el vaso de agua que Valeria le entregó, Aitor se limitó a mirar a Valeria con ojos llenos de sed.
Con Aitor mirándola así, Valeria dejó su vaso de agua en la mesita y tragó un poco nerviosa, sin darse cuenta de que la acción era aún más seductora. Aitor tiró de Valeria hacia su lado y la inmovilizó para darle un beso.
La visión que tenía ante sus ojos y el tacto que sentía bajo sus manos estaban a punto de volver loco a Aitor, y sus movimientos fueron un poco furtivos e impetuosos durante un rato.
Sin importarle ser tímida, Valeria respondió con entusiasmo a Aitor en este punto, con cierta alegría secreta en su corazón de que sus sospechas anteriores estaban equivocadas.
Con sus brazos rodeando la espalda de Aitor, Valeria se aferró con fuerza al hombre que tanto amaba.
Aitor miró a Valeria, unos mechones de pelo empapado de sudor en la frente se apoyaban suavemente en sus párpados.copy right hot novel pub