Aitor se sentía aún más culpable al oírlo.
No podía culpar a Sabela por esto, porque pensaba que Sabela se había ido. Él fue el que cambió su corazón entre los dos, y Sabela debió sentirse abrumada cuando volvió a casa después de recuperar la memoria y vio todo esto.
Pero su corazón estaba ahora tan lleno de Valeria que ya no podía estar con Sabela. Ahora sólo podía hacer lo posible para compensar a Sabela.
—Sabela, tengo una responsabilidad ineludible en este asunto, y no es algo que puedo negar. Dime, qué tipo de compensación quiere, mientras pueda hacerlo, ¡haré todo lo posible para ti! —Aitor miró a los ojos de Sabela y le dijo con seriedad.
Cuando escuchó la seria promesa de Aitor, el corazón de Sabela se llenó de alegría, pero en apariencia miró a Aitor como si estuviera en una situación difícil.
—Aitor, ¿estás diciendo en serio? ¿Estás realmente dispuesto a hacer todo lo que puedas por mí?
—Sí —asintió Aitor, haciendo otra promesa—. Sabela, dilo y mientras pueda hacerlo, prometo hacerlo lo mejor posible.
Aitor de verdad se arrepintió mucho por haber arruinar la vida de una chica tan joven por su error momentáneo, por eso quería hacer lo que podía para compensarla.
Mirando a Aitor con lágrimas en los ojos, Sabela se hizo la desdichada y dijo:
—Aitor, ahora que Liam sabe que no soy su verdadera hermana, ya no me quiere y me ha echado de la familia Hernández; ahora que tengo las piernas muy heridas, no sé cómo puedo vivir sola. ¿Qué crees que debo hacer?
A Aitor le dolía el corazón al pensar en la situación actual de Sabela. Era unos años mayor que Sabela, había crecido viéndola y era la primera persona que le había gustado. Aunque ya no estaba enamorado de ella, seguía cuidándola.
—Está bien, no te preocupes, estoy yo, no te voy a dejar sola —Aitor tranquilizó a Sabela.
Cuando Aitor finalmente tomó la iniciativa de decir las palabras, un destello de alegría brilló en los ojos de Sabela. Pero ella tenía la cabeza baja y Aitor no la vio.
—Vale —Sabela lloró y asintió con la cabeza, luego se lanzó a los brazos de Aitor tan pronto como pudo.
—Aitor, ahora en este mundo, eres el único que me queda. No debes dejarme, te quiero mucho, prométeme que te quedarás a mi lado el resto de tu vida, ¿vale? Estaremos juntos para siempre, como hace diez años. ¿No me prometiste hace diez años que te quedarías conmigo para siempre?
Al ver que Sabela se lanzaba a sus brazos, Aitor intentó inconscientemente apartarla. Pero entonces pensó en su estado físico actual y no tuvo más remedio que dejarse atrapar por ella.
Pero cuando escuchó las siguientes palabras de Sabela, Aitor se quedó sorprendido y no pudo reaccionar durante mucho tiempo. Nunca había esperado que Sabela le hiciera una petición así.
Acababa de prepararse mentalmente para que, aunque Sabela quisiera todas las posesiones en sus manos, las regalaría. Contrataría a los mejores médicos para tratarla, contrataría al mejor equipo médico para cuidarla, cubriría todos los gastos para el resto de su vida. Pero estar a su lado por el resto de su vida sería.copy right hot novel pub