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¡No huyas, mi amor!

Capítulo 57: Sólo quiero que estés a mi lado

-¡Rosaría! -

Mateo nunca había pensado que Rosaría tendría tal cambio de ánimo. Muy asustado, rápidamente pellizcó su cara, pero ella aún no reaccionó.

Mateo entró en pánico al instante.

Llamó a un médico. La examinó y dijo que su ánimo había fluctuado tanto que le había provocado un shock, y que ahora ya se encontraba bien. Pero Mateo todavía tenía miedo.

En el pasado, la había tratado aún peor que hoy, y nunca había visto su colapso anímico. Ahora, ¿qué la había pasado exactamente?

-Doctor, ¿tiene ella otros problemas físicos? -

Mateo estaba realmente preocupado.

El médico sacudió la cabeza y dijo -Su salud física no se encuentra buena. Descubro que probablemente no se recuperó bien después de dar la luz, y su cuerpo tiene muchos problemas ocultos. Necesita tomar medidas a recuperar su salud paso a paso -

Al escuchar las palabras del médico, Mateo frunció el ceño ligeramente.

-¿Es grave? -preguntó.

-Muchas dolencias de las mujeres tienen que ser curadas poco a poco con cuidado -respondió el médico.

-Entendido. Examínala lo más detalladamente posible -

Mateo salió al terminar de hablar.

Tenía ganas de fumar.

Parecía que desde que se había encontrado con Rosaría, su adicción al tabaco se volvía más y más fuerte.

Mateo puso un cigarrillo en su mano y jugó girándolo.

Cuando se despertó Rosaría, Mateo ya se había ido. Lanzó un suspiro de alivio y al mismo tiempo pensó en Eduardo.

-Lidia, ¿dónde está Eduardo? -

Llamó a Lidia instantáneamente.

-Fue recogido por el asistente de Mateo. Dijo que Adriano quería verlo. ¿Qué pasa? -dijo Lidia.

Se sintió deprimida Rosaría al instante.

Al parecer Mateo había dicho la verdad.

-Nada, sólo pregunto -

Rosaría colgó el teléfono.

No podía dejar que Lidia se involucrara de nuevo.

-¡Mateo! ¿Dónde estás? -

Ansiosamente fue a buscarlo, pero no se encontraba su rastro en la habitación.

Se apresuró a levantarse de la cama y salió de la habitación saltando.

Justo cuando Mateo terminó la llamada con el personal superior de la compañía, vio a Rosaría salir saltando como una coneja preocupada.

Se apresuró Mateo a caminar hacia ella.

-¿Por qué sales? Estás herida -

Sin esperar a que ella reaccionara, la levantó directamente en sus brazos y la llevó a la habitación.

Miró a Mateo, deseaba poder matarlo, pero él todavía tenía a Eduardo, no podía actuar imprudentemente.

Al principio ella no había pensado en llevar a cabo el primer plan, pero se le obligada ponerlo en marcha por lo que le había hecho.

Pensando en esto, Rosaría se apretó los dientes -Si accedo a ser tu mujer, dejarás a Eduardo, ¿no? -

El cuerpo se le detuvo a Mateo por un segundo.

Esta no era la respuesta que quería él.

Solo quería que ella le contara toda la verdad y la identidad de Eduardo. ¿Pero por qué prefería ser su amante con disgusto que reconocer que Eduardo era su hijo?

¿Le parecía tan inconfidente a ella?

¿Estaba tan reacia a dejarle saber de la existencia de Eduardo?

¿Por qué?

Mateo miró a Rosaría y sintió que ya no podía saber el pensamiento de esta mujer.

Rosaría no esquivó la mirada y la enfrentó directamente.copy right hot novel pub

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