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¡No huyas, mi amor!

Capítulo 4: Eduardo

Cuando Mateo vio a Rosaría desde lejos, todo su cuerpo tembló.

¡Esa figura, esa postura de caminar era simplemente como Rosaría!

Involuntariamente se acercó y deliberadamente se inclinó hacia ella.

Mariano estaba aturdido, nunca antes había visto a Mateo entrar en contacto con ninguna mujer. Especialmente después del accidente de su esposa hace cinco años, se convirtió en un iceberg, haciendo que la gente se retirara involuntariamente. Fue la primera vez que tomó la iniciativa de inclinarse así.

No pudo evitar mirar a Rosaría y fue instantáneamente fascinado por ella.

Esa cara impresionante era simplemente perfecta al extremo, como si fuera esculpida por un artista.

Mateo también estaba asombrado.

Sin embargo, recuperó rápidamente sus sentidos, frunció el ceño ligeramente e inconscientemente se retiró, dijo fríamente -Mira por dónde caminas -

Rosaría se burló en su corazón.

Este rostro propio hoy no se parecía en nada al de antes.

Todavía recordaba lo doloroso que era el fuego en su piel. También recordaba que había sufrido nueve meses para proteger al bebé en su barriga. Y se había sometido a una cirugía plástica después de dar a luz al bebé.

Cada sueño de medianoche, se despertaba de sus pesadillas y mojaba su toalla de almohada con lágrimas una y otra vez. Ahora que el culpable estaba justo frente a ella, no pudo evitar sostener su mano. Deseaba poder arrancarle la cara y sacarle el corazón, quería preguntarle por qué estaba tan cruel, y más, ¿tenía corazón?

Rosaría sostenía el chupachup inacabada de Eduardo, y en el momento en que Mateo la tocó, la piruleta también manchó su traje.

Ella sonrió y dijo -Siento no haberme dado cuenta antes, tu traje está sucio. Lo compraré y haré que alguien te lo envíe como compenso, ¿de acuerdo? ¿Cuál es tu número de teléfono? -

La voz de Rosaría era algo ronca y profunda.

Un rastro de decepción brilló en sus ojos de Mateo.

¡No es ella!

No era cara de Rosaría, ni siquiera la voz.

Todavía recordaba que la voz de Rosaría era tan nítida. A pesar de que esta mujer frente a él era hermosa, su voz era profunda y ronca. Tal vez para otros, esta voz era algo tentadora, pero para él, era completamente indiferente.

La expresión de Mateo se volvió indiferente.

-No es necesario, solo un traje -

Con eso, se quitó el traje y lo arrojó a la basura no muy lejos frente a Rosaría, era como tirar una basura extremadamente asquerosa.

La esquina de los labios de Rosaría se elevó ligeramente.copy right hot novel pub

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