Lidia miró los ojos ligeramente entrecerrados de Eduardo, que se veían exactamente iguales a los de Mateo. No pudo evitar suspirar, lo que dejó que Eduardo recuperara rápidamente la atención.
-¿Lidia? -
-Tu mamá está bien ahora. No te preocupes. Iré a comprar algo para comer. Espérame aquí. Me quedaré y cuidaré de tu mamá esta noche. Te llevaré de vuelta a descansar luego. ¿Tienes miedo? -
Lidia tocó la cabeza de Eduardo, sintiéndose lástima.
Aunque Eduardo era muy chiquito, tenía muchas ideas. Sin embargo, todavía era un niño. Al ver que enfermaba su madre, inevitablemente entraría en pánico y se preocuparía. Sin embargo, había bacterias en todas partes del hospital. Rosaría ya estaba enferma y Lidia no quería que Eduardo tuviera ningún problema.
-No tengo miedo. Lidia, por favor cuida de mi mamá -
Eduardo se inclinó profundamente ante Lidia.
Su acto sorprendió a Lidia.
-Eduardo, ¿qué estás haciendo? Tu mamá y yo somos mejores amigas. No te preocupes. Yo me encargaré de ella. Tienes que tener cuidado en casa. Cierra la puerta cuando vuelvas. No importa quién llame, no abras la puerta. ¿Me oyes? Llámame si necesitas algo -
Lidia todavía estaba un poco preocupada, pero no tenía otro medio.copy right hot novel pub