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Tiempo después el príncipe Aker me visitó, aproximadamente una semana después de obtener mi pequeña llave.

-Príncipe Aker ¿a qué debo su visita?- Aker me miró de forma sarcástica.

-Extrañaba mucho a tu reino- me contestó; yo me empecé a reír.

-Yo preguntaba por si venía a algo distinto-

-Vine para seguirte ayudando en el vuelo, ya sabes volar pero eres un fiasco- yo me ofendí y no le dirigí la palabra durante un buen rato hasta después de la comida -¿Vas a seguir enojada conmigo?- yo asentí

–bueno al menos ya no me estás aplicando la ley del hielo- se paró y movió su asiento justo detrás de mí; yo quería reírme pero debía parecer aun más enojada –vamos, según yo soy el exagerado; yo solo dije la verdad, sabes volar pero eres pésima en ello, el maestro hace la práctica-

-La práctica hace al maestro-

-Ya ves como no era tan difícil intercambiar diálogos- esta vez no pude contener mi risa –tengo tres días para estar aquí ¿Qué te parece si dejas de estar enojada conmigo? hay cosas de tu reino que aun no conozco- voltee y parecía tener ojos de cachorrito.

-Con la barba no se ve tierno si hace esa mirada- el comenzó a reír.

-Bueno no perdía nada al hacer el intento-

-Debo mostrarle algo- me levanté y lo llevé hasta mi habitación.

-Wow majestad, no sabía que tenía esas intenciones conmigo-

-¡No lo malinterprete!- me puse demasiado roja, le di la pequeña llave que me había dado el príncipe Frederick, él lo miró con la misma confusión que yo al verlo por primera vez.

-No entiendo-

-Es un regalo del príncipe Frederick, un grifo de metal- el soltó una carcajada.

-¿Por qué te dio este regalo?- apenas pudo decir entre risas, jamás lo había visto reír tanto.copy right hot novel pub