-Buenas tardes reino Nelumbo- alguien estaba ahí para escribir lo que estaba diciendo -vengo a darles dos noticias, la primera es que se les entrenará a los jóvenes de los 15 años a los 18 de forma militar y a utilizar todo tipo de armas; no estoy diciendo que serán parte de los guardias, solo es entrenamiento por si en algún momento lo necesitan- todos comenzaron a murmurar y Evan me miró aun mas confundido, parecía estar tratando de entender mi decisión, y sin haber antes consultado con él y Jenny, parecía una decisión precipitada, pero si llegaban a atacar mi reino me gustaría que al menos supieran defenderse –y algunos otros tantos adultos que se quieran sumar, las mujeres también son bienvenidas, pues desde que mi papá gobierna se les ha tratado de tomar en cuenta como iguales en ese tipo de aspectos, pero priorizándolas en otros. Sé que algunos no entenderán esta nueva ley, pero estoy tratando de hacer lo mejor para todos. Y el segundo aviso es que lamentablemente nos han declarado la guerra a todos los reinos que son parte del consejo- todos comenzaron a entrar en pánico –por ahora no tienen de que preocuparse, esto no repercutirá en meses en alguna cuestión laboral, económica o alimenticia, todo está bajo control por ahora, el consejo se encargará de que no haya tantas bajas- todos seguían murmurando y parecían muy asustados.
-¿La mujer ángel nos va ayudar en esta guerra?- una mujer me preguntó casi gritando de angustia.
-Pues…- no supe que decir en ese momento, entonces todos comenzaron a preguntar por ella, Evan me miraba moviendo la cabeza con desaprobación -no lo sé- dije un poco abrumada –no sabemos si nos ayudara o queda fuera de sus límites- todos siguieron murmurando entre ellos y comenzaban a entrar en pánico, se preguntaban por qué no la habían visto últimamente, yo quería disculparme con todos pero no sabía cómo, no podía decirles la verdadera razón y que ese ángel era yo; comenzaba a faltarme el aire, todos preguntaban al mismo tiempo y no sabía a quién responderle primero.
-Cálmense por favor- me sentía demasiado sofocada, necesitaba aire, esto no estaba resultando ¡Einar! Ayuda; todos dejaron de hablar por un momento, yo estaba de espaldas a ellos llorando, no había ni un ruido más que los pasos de alguien, comenzaba a respirar mejor y después recordé que ya no era una niña y que no debía de comportarme como una, estaba actuando igual que cuando me coronaron, inclusive ni ahí me sentí tan abrumada y temerosa.
-¿Estás bien?- sentí la mano de Evan en mi hombro, me dijo susurrando, yo tomé un respiro y se asomó para verme la cara.
-No, pero no pueden verme así- lo dije demasiado bajo, tanto como para que apenas me escuchara; me limpie las lágrimas esperando que no notarán que lloré, me voltee y todos parecían preocupados...pero por mí -sé que es una mala noticia y que es algo que causa muchísimo miedo y dudas, pero les aseguro que haré todo lo que está en mis manos para proteger al reino, seré uno de los reyes que vayan al frente, eso es todo gracias por su atención- todos se quedaron más asustados, pero de nuevo por mí; Evan estaba aún más sorprendido, yo bajé del escenario y revisé lo que habían escrito para enviarles cartas a los que no estuvieron aquí. Después regresé al castillo junto con Lena.
-Majestad- dijo Lena un poco temerosa, estábamos por llegar al castillo.
-¿Sí?-
-¿Puedo...preguntar por qué les dijo todo eso?-
-Sí puedes, aunque no me gustaría contestar.copy right hot novel pub