¿Divorcio? ¿Otra vez? No podía contar cuántas veces escuchó la palabra divorcio que provenía de la boca de esta mujer.

¿Tenía tantas ganas de divorciarse?

El rostro de Lucas se oscureció al escucharlo, se puso muy furioso.

Incluso cuando salió hace un momento y vio a Olivia mirando secretamente su móvil y leyendo sus mensaje, ¡no estaba tan enojado!

«Olivia, ¿parece que de verdad quieres divorciarte?»

Recordó que ella dijo lo mismo la última vez, dijo que estaba deseando que llegara el día en que se divorciaran, ¡deseando devolverle el puesto de Señora Montenegro a Aurora!

Entonces, ¿qué pensaba exactamente Olivia de él? ¿Un objeto? ¿Lo podría dejar o regalar a otra persona en cualquier momento?

Lucas entrecerró los ojos, y dijo primero antes de que Olivia pudiera hablar.

—Olivia, no importa lo que pienses, ¡No es posible!

Olivia agarró la colcha con fuerza, de repente todo su cuerpo se puso rígido y se quedó sin palabras.

No se casó voluntariamente, pero tampoco quería divorciarse.

Lucas nunca supo que la niña de hace diez años era ella. Él nunca supo, ¡que ella lo amaba secretamente durante diez años! ¡Era un completo tonto!

—Entonces, ¿qué quieres que haga? —dijo lentamente, conteniendo las lágrimas.

Lucas se quedó atónito, el hombre alto y robusto se quedó quieto, incapaz de decir una palabra.

¿Qué quería hacer con ella...?

Él, presidente Lucas, ¡nunca había pensado en hacer algo con la mujer que tenía enfrente!

En los dos primeros años de matrimonio, deseaba divorciarse de ella y enviaba un acuerdo de divorcio a su buzón el primero de cada mes.

Sin embargo, con el tiempo, ese correo se convirtió en un contacto mensual entre los dos.

Él estaba acostumbrado, y ella también...

El hombre respiró hondo y abrió sus labios ligeramente.

—No importa cuál sea el resultado, no te dejaré vivir tranquilamente. Olivia, si quieres divorciarte ahora, es demasiado tarde... además, no te lo mereces...

Después de decir estas palabras, el hombre tomó su chaqueta y camisa del sofá y se fue apresuradamente.

Tenía miedo de oír algo que no quería escuchar o tener que enfrentar nuevamente a ella, especialmente cuando hablaba de divorcio.

¡De hecho, sintió tanta angustia que no quería admitirlo!

Olivia, ¡qué maldita mujer! Es una ladrona que robó y arrebató su corazón.

En la habitación, Olivia se abrazó a la colcha, se recostó en la gran cama con la cabeza gacha, mientras que sus lágrimas mojaban la almohada.

Cuando hablaba del divorcio, ¡ella debería ser la que se sentía más triste!

Ese hombre, de principio a fin, amaba a su hermana. ¿Quién era ella? ¡Nada!

Si no fuera por la Señora Montenegro a los ojos de su marido, sino que solo la Señora Montenegro a los ojos de los demás, ¡eso no tendría ningún sentido para ella!

—Lucas, ¿cuándo lo sabrás? Hace diez años, la chica que te llevó a la enfermería era yo. Hace dos años, la mujer que se quedó contigo toda la noche en la habitación de la familia Pomar también era yo, no era mi hermana...

Olivia rompió a llorar y se atragantó.

Pero Lucas ya se había ido, por lo que no puco escuchar las palabras que ella había guardado en su corazón.

Tal vez era porque sentía mucho dolor o quizás sea porque estaba demasiado cansada, Olivia, mientras lloraba, se quedó dormida.

En el sueño, regresó a la escuela secundaria de la Ciudad S al verano de hace diez años.

Debido a que Lucas fue castigado por su madrastra Rafaela, no lo dejó comer ni beber durante dos días, de modo que él estaba agotado y se desmayó en el campo deportivo.

Ella pasó por ahí y lo vio, en la escuela secundaria de Ciudad S, él era conocido como el rey demonio y el chico más guapo de la escuela.

Un chico de catorce años, vestido con una camisa blanca limpia y pantalones de color café claro.

El hermoso rostro estaba ligeramente rojo por el sol pero yacía en el suelo, inmóvil.

Olivia estaba asustada y corrió hacia él.

Su pequeño cuerpo luchó por levantarlo del suelo y ponerlo sobre sus hombros.

Él era un poco más alto que ella, y bajo el sol abrasador, cada paso hacia adelante que daba agotaba sus fuerzas.

El chico que estaba en su espalda, mareado, entrecerró los ojos y preguntó.

—Tú..copy right hot novel pub