Lucas acabó apartando a Aurora, que estaba recostada sobre su pecho. Tener contacto físico con otras mujeres, especialmente con Aurora, siempre le hacía sentir incómodo. Se sintió culpable por Olivia.

—Lucas... —Los ojos de Aurora se llenaron de lágrimas cristalinas mientras tiraba agraviadamente del traje de Lucas—. Lucas... Di algo... Dime... que no es cierto...

Lucas apretó el puño, luego levantó la mano para sacar su traje de la mano de Aurora y se esforzó diciendo:

—Aurora... Sólo fue una pesadilla, no te preocupes demasiado.

—Fue una pesadilla, ¿eso significa que no fue real? ¿Verdad? —Aurora sonrió de repente como un niño con caramelo.

—Aurora, descansa por ahora y no pienses en nada más. Lo más importante para ti es cuidar tu salud —consoló Lucas dolorido.

«¿Qué puedo decirle? ¿Digo que me he enamorado de su hermana e incluso se casó con ella...

Es demasiado cruel para Aurora».

—No quiero descansar, ¿qué sentido tiene vivir sin ti...? Desde los catorce años, juré que me casaría contigo y has sido el sueño de mi vida —Aurora miró obstinadamente a Lucas.

Había mencionado deliberadamente los catorce años para recordarle a Lucas que hace diez años fue ella quien lo salvó en el patio de recreo y lo llevó a la enfermería.

Lucas se quedó quieto en silencio.

—Lucas... ¿Has olvidado que aquí... tuve tu hijo? —Aurora agarró ansiosamente la gran mano de Lucas y lo puso sobre el vientre plano y poco flácido.

La mano de Lucas estaba fría hasta los huesos cuando tocó ese lugar y se apartó casi inconscientemente.

—Ya está bien Aurora, no vuelvas a sacar el tema del bebé, ya es cosa del pasado.

Luego el hombre se dio la vuelta, abrió la puerta de la sala y la cerró de golpe.

No había manera de que pudiera seguir en la sala, enfrentándose a Aurora y a su amor por él. Era como un grillete gigante que lo ataba. ¡Era demasiado pesado!

Aurora no lo persiguió, estaba con su delgada bata de hospital y sus pies descalzos pisaba sobre el frío suelo.

La mujer sonrió fríamente, no importaba con quién estuviera Lucas en el futuro, pero esa persona no podría ser Olivia. ¡Olivia era la persona que más odiaba desde que era niña!

«¡Tengo que dejar esa zorra pagar por todo!»

***

Bajo la oscuridad de la noche.

En la Villa Montenegro.

El Maybach gris plateado estaba aparcado fuera de la villa, el hombre que estaba en el asiento del conductor fumaba un cigarrillo.

Lucas levantó los ojos y miró la habitación del centro del primer piso.

Y las luces estaban apagadas.

La mujer se había quedado dormida.

Ella pudo dormir tranquilamente, ¿y él? Su mente estaba llena por ella..copy right hot novel pub