Olivia quería bajarse de la cama, pero antes de que sus pies tocaran el suelo, cayó débilmente por un costado de la cama. Sus codos y rodillas aterrizaron en el suelo y sintió un fuerte dolor, tanto que apretó los puños.
Gabriela, que estaba a un lado, se apresuró a levantarle con los ojos enrojecidos, le daba mucha pena verla así, ya que estuvo escuchando la conversación de la madre e hija, pero no aguantaba más, así que le quitó el teléfono a Olivia sin su permiso.
—¿Hola? ¿Es la señora Yolanda? Disculpe, la señora Olivia está enferma. El médico acaba de decir que necesita reposar en casa. Realmente no puede salir en estos momentos. Espero que lo pueda entender. —Gabriela dijo cortésmente.
Olivia se apoyó en la almohada y negó con la cabeza a Gabriela, indicándole que no se lo dijera a Yolanda.
—¿Qué le pasa a Olivia? ¿Cómo ha podido enfermarse en un momento tan inoportuno? Aurora está sufriendo en el hospital... Como su hermana, ella tiene que ir a verla —Yolanda suspiró. No se preocupaba en absoluto por Olivia, simplemente se quejaba.
A Gabriela le pareció horrible lo que dijo. Entonces, dejó de tratarla con cortesía.
—Señora Yolanda, nuestra señora también es su hija. Ahora está enferma y si tiene tiempo, después irá a ver a la señorita Aurora. Adiós.
Después de colgar la llamada, Gabriela, enojada, silenció el teléfono antes de volver a colocarlo en la mesita de noche.
—Gabriela... tengo que ir a ver a Aurora...
Olivia quería levantarse, pero en seguida el mareo la tumbó otra vez.
—Señora Olivia, usted aún tiene fiebre. No le conviene ir a la prisión de mujeres. Lo primero que tiene que hacer es cuidar bien de su salud —persuadió Gabriela, sintiendo angustia por ella.
Olivia frunció los labios palidecidos y no dijo nada, estaba realmente cansada.
—Señora Olivia, realmente no comprendo a la señora Yolanda. Las dos son sus hijas. ¿Cómo puede ser tan parcial con la señorita Aurora? Usted es su hija biológica, ¿verdad? —dijo Gabriela enojada.
Olivia no dijo nada porque ya estaba acostumbrada a esta injusticia. Desde que era pequeña su madre había sido así.
Desde que su madre se casó con Miguel, le preocupó mucho que su esposo pudiera pensar que era una madrastra malvada. Por eso trataba mucho mejor a Aurora que a Olivia, su hija biológica.
Cuando de niñas les gustaba el mismo vestido o juguete, Yolanda podía ignorar por completo sus sentimientos y comprarselo directamente para Aurora. Hasta que ésta se aburría del juguete o vestido, entonces lo «donaba» a Olivia.
En la etapa escolar, como Aurora y ella no iban a la misma escuela secundaria, su madre llevaba y recogía en coche a Aurora todos los días mientras que Olivia tomaba el autobús con sus compañeros de clase.
A veces, incluso se preguntaba si de verdad era hija biológica de Yolanda.
Olivia respiró hondo, sus ojos se llenaron de niebla.
Gabriela estaba mirando a un lado y secándose las comisuras de los ojos.
—Señora Olivia, descanse un rato. Luego le traeré la medicina.
Gabriela salió de la habitación agitando la cabeza.
Tan pronto como Gabriela se fue, Olivia tomó el teléfono de la mesita de noche.copy right hot novel pub