Después de que la dejará en su habitación y despidiera furiosa a Didier. Haleine, caminó de un lado a otro en su habitación.
El no había respondido a su beso, el la había rechazado.
¡A ella!
La indignación cubría su cuerpo llenandola de furia, todo era culpa de ella, lo sabía, de la estúpida rubia con aires de inocencia.
-¡Maldita inglesa!- furiosa tomó uno de los cojines y lo arrojó con violencia al suelo-¡Es su culpa, su culpa!- estaba roja de furia, debía pensar en algo pronto.
Nael llegó consternado a sus aposentos, aquella joven se había lanzado contra su boca, intentando reclamarla con descontrolada pasión. No podía besarle, no podía corresponder a lo que sea que quisiera darle, él amaba a Vanessa y no le faltaría de aquella manera.
Turbado giró la perilla y entro a su habitación.
-Te esperaba, Nael- su dulce voz inundó sus sentidos. La vio alejarse del amplio ventanal y correr a sus brazos. Los abrió para recibirla. Vanessa, lo estrecho fuertemente y suspiró al verse rodeada por sus fuentes brazos- los celos y la incertidumbre estaban acabando con mis nervios.
-No hay una sola mujer en el mundo de la que debas sentir celos, mi amor.
-Pero esa es bastante descarada, me ha dicho a la cara que esta interesada en ti.
-De nada vale su interés hacia mí, yo solo estoy interesado en una mujer. Tiene unos hermosos ojos verdes, y un cabello tan rubio como el sol de Norusakistan y gracias a Alá, tengo la dicha de que esa mujer me ama- le acarició la mejilla dulcemente, Vanessa cerró los ojos ante el tacto que le causó un escalofrío que recorrió toda su espina dorsal, despertando en ella un anhelo, una ferviente necesidad y no sabía precisamente de qué. Abrió los ojos y se encontró con que la miraba fijamente.- eres tan dulce Vanessa, tan inocente, tan buena.
-Bésame Nael- suplicó ofreciendo sus labios.
-Muero por hacerlo, no hay nada que desee más pero, necesito que hablemos de algo primero.
-¿Qué sucede?- lo miro con el ceño fruncido, evidentemente confundida.
-La señorita LeBlanc, es mas...-no se atrevió a decirlo- de lo que pensábamos. Paseábamos por Palacio mientras le mostraba los más hermosos lugares. Me besó - la sintió como se tensaba entre sus brazos- antes de que pienses lo que no es, me alejé con mucha educación e inmediatamente la lleve a su habitación, creo que esta bastante ofendida y no lleva nada bien que la haya rechazado.
-¡Es una desvergonzada! -se alejó sintiendo con la ira comenzaba a nacer dentro de ella.¿Como se atrevía a besarlo? ¡¿como?!, nunca había estado más enojada.
-Cariño...copy right hot novel pub