Lo miro sorprendida, está hablando bajo, tranquilo, realmente ni él sabe que está pasando y eso me hace sentir más confundida, intento decir algo pero no salen las palabras, porque todo lo que está diciendo que siento es justamente así. Yo tampoco se explicarlo y ni me he molestado en entenderlo. Cierro mis ojos por un momento, y en mi mente veo a Matt sonriéndome dulcemente y es todo lo que necesito para reaccionar.
—Andrew no deberías estar aquí, tampoco deberías estar diciendo todas esas cosas, no después de lo que hiciste ayer —le recrimino sintiendo toda la ira de recordar su actitud y sus palabras— me humillaste y no solo una vez, lo que has hecho lo has hecho a conciencia sabiendo que actuar así me lastimaría y no te detuviste un instante, ni siquiera un maldito instante a considerar como podría sentirme —trago el nudo de emociones en mi garganta y continuo sin dudarlo— quiero que te vayas y no me molestes, por favor.
La petición salió de mis labios como una clara suplica, sabía que si Andrew insistía un poco más sedería ante la forma en que esta mirándome porque de alguna forma me puede. Si justo ahora estoy luchando contra esas sensaciones de las que habla y que ninguno de los dos logramos explicar, honestamente no quiero encontrarle explicación a lo que siento por este perfecto y maléfico Dios que tengo en frente y que está despertando un montón de cosas que no debería sentir por él.
Andrew me mira a los ojos y comienzo a ver como su rostro se va transformando en esa expresión gélida y fría, como sus ojos comienzan a mirarme de la misma manera, como su imponente presencia comienza a intimidarme y por un instante tengo miedo de lo que pueda decir o hacer.
Ante mi tengo al Andrew al que le temo —y le temo porque con pocas acciones ya me ha lastimado bastante— y no quería tener cerca otra vez y mucho menos sola en mi apartamento. Su cuerpo se endereza y tomando toda su altura, mirándome desde arriba y poco a poco una sonrisa se fue dibujando en sus labios.
Esa sonrisa maquiavélica que tanto me ha estado molestando que debe ser justo la sonrisa con la que miro a Matt todas las veces que le hizo daño apropósito cuando eran niños, cuando eran adolescentes y aun hoy se empeña en hacerlo. Y estaba a punto de hacérmelo nuevamente a mí, todo porque no tuve la fortaleza de mantener la puerta cerrada. Andrew pasa una de sus manos por su cabello que está un poco más largo y me dice con la mandíbula apretada.
—De acuerdo lo intente —suelta entre dientes— por segunda vez estoy dejando de lado mi orgullo por ti y te juro que no habrá una tercera vez —amenaza y mi cuerpo se tensa.
Sus palabras están cargadas de rencor, de ira y de advertencia me dejan clavada al piso con la boca abierta. Andrew se acerca a mí y pega su rostro al mío sus labios quedan a escasos centímetros de mi boca.
—Tú te lo buscaste —hace una pausa recorriendo mi rostros con esos ojos hermosos y fríos que tiene— ¿quieres jugar? Juguemos.
Se separó de mí y por supuesto yo estoy inmóvil, sin poder apartar mis ojos de su bellísimo y precioso rostro que no es más que una máscara impasible que solo demuestra frialdad. Abro mi boca para decir algo y no lo logro sin embargo el aún tiene cosas por decir.
—Sí, eso pensé esto será divertido —asegura como si tuviera todas piezas de un juego ganado— dile a Matt que será un placer volver a dejarlo echo mierda y tu —hace una pausa para escanearme de arriba abajo.
Siento que estoy siendo desnudada por su mirada y no solo de forma sexual sino también como si estuviera exponiendo mis emociones y haciéndose con ellas. Su sonrisa se hace más amplia al notar que me ruborizo, se rasca la barba antes de continuar.
—Tú Asier, tú vas a terminar en mi cama.
Sin agregar nada más se dio media vuelta y con paso decido camina hacia las escalaras, lo veo perderse tras la puerta y por fin el aire entra a mis pulmones y mis rodillas caen al suelo.copy right hot novel pub