Estoy tendida sobre el sofá de la sala de Andrew, con una enorme, mullida y cálida manta sobre mí, después que el muy imbécil saltara conmigo en brazos a la piscina, salí corriendo de ella porque el frío estaba matándome, el me pidió que me quedara con el dentro del agua pero que va soy demasiado friolenta y estaba haciendo demasiado frío.

Él se salió y ambos bajamos, escurriendo agua, me llevo a una de las habitaciones, me presto algo de su ropa y me dejo bañarme con agua caliente, cuando salí de la ducha él ya se había cambiado, estaba en la cocina preparando chocolate caliente, después me guio hasta la sala y justo ahora estamos sentados tomándolo.

Nos mantenemos en silencio, yo estoy pensando en todas las cosas que me contó hace rato, la curiosidad carcome mi cerebro, pero no sé si debo preguntarle más, él tiene la mirada perdida, estamos sentados a cierta distancia, por lo que me quito la manta y me acerco a él, al notar mi cercanía, se gira para mirarme mejor y una sonrisa cálida escapa de sus labios, el brillo en sus ojos es intenso haciendo que el verde sea más profundo, más intenso, le devuelvo la sonrisa y me pregunta.

—¿Qué pasa? —una de mis cejas se eleva y le pregunto divertida.

—¿Que pasa de qué? —sonríe nuevamente.

—Tienes cara de que quieres preguntarme algo.

Siento como el color invade mis mejillas no pensé que mi expresión delataría mi curiosidad, no respondo nada inmediatamente, pero el aguarda.

—Sí, tengo preguntas, solo que no sé, si quieras responderlas o hablar de ellas.

Lo miro directo a sus hermosos ojos, donde un ligero deje de tristeza los ocupa por un momento, toma una de mis muñecas y tira de mi para acercarme más a él, me rodea con sus fuertes brazos y me da un beso en la sien, se separa de mi y susurra.

—Sé que todo lo que te conté ha despertado tu curiosidad, sé que te dije que te contaría luego lo que paso después, pero crees que podamos hablarlo más tarde, justo ahora quiero disfrutar de esta cercanía contigo ¿sí? ¿Quieres mirar una peli?

Estoy detallando las facciones de su rostro, ese rostros frío que me vio ese día en la esquina no tiene nada que ver con este que estoy observando, se parecen muchísimo pero no tienen nada que ver el uno con el otro, levanto una de mis manos y acaricio su mejilla, el cierra los ojos al sentir el contacto.

—Venga, veamos algo bueno.

Toma una vez más mi muñeca, cortando el contacto, se levanta y tira de mí, la curiosidad de saber a dónde me está llevando comienza a comer, Matt el día que me llevo a su casa, me la mostró integra. Andrew es más reservado, así que no sé si tiene un salón como tiene Matt en su casa, lo sigo sin decir nada, pasamos la puerta del estudio, de la cocina y llegamos al espacio que da a las escaleras que suben.

El pasa junto a ellas y al fondo de ese espacio esta una puerta que no había notado, él se encamina hacia ella y la abre, entra y cuando lo sigo me consigo con una amplia habitación, de color azul marino con blanco, una enorme cama está pegada a una de las paredes, frente a ella en la pared opuesta esta un enorme tv, en un costado esta un enorme mueble, lleno de libros, fotografías, un equipo de sonido, hay un espacio entre esa pared y la pared donde está el tv, el me observa detalladamente y sonríe, animándome a entrar cuando estamos en medio de la estancia me dice.

—Bienvenida a mi habitación, aquí es donde ocurre la magia —entonces comienza a reír a carcajadas y le espeto de mala manera.

—¿Andrew eres un imbécil sabes?

Se acerca a mí aun riendo y me abraza, sus brazos me cubren por completo, y me siento segura, tranquila y protegida en su abrazo, aun lo escucho reír bajo, luego se separa.

—No pude evitarlo, soy un toca pelotas.

Pongo mis ojos en blancos y comienzo a caminar hacia el espacio que mire antes, resulta que hay un par de escalones que llevan a otro lugar, cuando los desciendo me quedo de piedra, en la pared del frente está un enorme mural, un mural con la imagen exacta del tatuaje que lleva Andrew en la espalda, mi boca se abre en sorpresa, es la escena más aterradora que he visto en mi vida.

El cielo es oscuro, hay rayos, el agua del mar tiene olas enormes y allí en un punto está un pequeño bote, bajo la superficie embravecida, me acerco dando cortos pasos y sin apartar la vista, me siento horrorizada, me siento espantada. Una mano sobre mi hombro hace que salga de mi ensimismamiento y escucho la voz apagada de Andrew susurrar.

—Es lo que recuerdo de ese día.copy right hot novel pub