No había caído en cuenta de lo tan expuesta que estaba hasta que el frio de Toronto me hizo retroceder un poco. El aire apenas limpio, del que ya me había acostumbrado, al menos me dio un poco de alivio, que pronto se disipó al ver al grupo de personas de espaldas a mí que estaban inmersas en un furioso debate algunos metros más adelante. Todos vestían chaquetas verde oscuro con el símbolo de los exploradores: dos flechas plateadas cruzadas bajo un fondo que marcaba el norte, sur, este y oeste. Se supone que debería envidiarlos, eso de viajar sin ningún problema, sirviendo a cualquier instituto científico o gobierno sin represalias.
Se supone que después del acuerdo internacional, Los guardianes inmigrantes deberían de servir como un grupo de apoyo para la investigación y la exterminación de sujetos infectados y mucha más charla política… Pero ninguno de esos grupos había logrado salir vivos o enteros de los dominios de Jack.
Los creían unos soplones, unos espías encubiertos, o a lo menos una pérdida de recursos.
- No hables. – me ordenó Nick mientras me empujaba gentilmente más cerca del equipo. No tenía intención de hacerlo, no después de escuchar la razón de su pequeña conversación.
- No, me niego. No llego a tragarme esa historia de que será bueno para nosotros. – escuché las quejas que una de las chicas le lanzaba a todas voces a quien sea en el centro del círculo.
- Estamos falta de personal pero creo que tenemos suficiente con dos psicópatas en el equipo.
- ¡BASTA YA! – Ambos, Nick y yo, nos sobresaltamos por la voz que demandó silencio. La misma voz que hace un par de horas había intentado sonar gentil y persuasiva, mostrando su verdadera cara.
- Deberías de interrumpir. – le susurré a Nick, quien todavía se encontraba pegado a mi sin hacer movimiento alguno. Frunció el ceño en desacuerdo y se aclaró la garganta con fuerza para llamar la atención de los otros, dejando suficiente espacio entre nosotros para que no se viera raro.
Al menos 5 Smookers y 3 Lighters, todos observando en mi dirección primero sin mucho interés y luego como si en cualquier momento fueran iniciar una masacre, hasta caer en cuenta de mi deplorable estado. Ver la lastima en sus ojos fue lo peor.
- Les presento a nuestra nueva compañera. – anunció Nick como si hiciera falta para que el ambiente se volviera más tenso. Lykar por fin salió desde el centro del grupo observándome como si hubiera llegado su premio.
- y aquí esta ella. Su nombre es Maia Scott, su nueva compañera. Denle la bienvenida. – dijo en voz alta señalándome con las manos abierta como si fuera su campeona. Mi pa-ciencia estaba al límite con él. Y no estaba ayudando mucho.
- Que se pudra, Dejaste que matara a Ángelo ¿y esto es lo que recibe? – le recriminó una de las mujeres Smookers en el grupo.
- sí que las escoges guapas, ¿eh Lykar? Parece una infectada. – no me resultaba raro que los que más críticas lanzaban eran Smookers, mientras que la mayoría de los Lighters se mantenían imperitos, analizándome con la miraba de una manera demasiado detallada.
Lykar levantó la mano haciéndolos callar al unísono y se concentró en mirarme con una sonrisa.
- Este es tu nuevo equipo, déjame que te los presente.- señaló animadamente a un sujeto Smooker demasiado cargado y agresivo para ser un buen compañero, por la miraba de poca cosa que me daba sabía que yo tampoco le daba buena espina.
Creo que había dicho que su nombre era Mark, pero me llamó más la atención la mujer a su lado, quien le había reclamado a Lykar, Scar: Smooker de ojos grises a su derecha, muy hermosa a de-cir verdad. Hacia buena pareja al lado de Mark con ojos negros como un pozo sin fondos, un claro Smookers. De aquellos a los que apenas si me había salvado antes.
Su hermana a su otro lado, Valery, también Smooker. Y el único Lighters que me pareció importante porque no lanzaba cuchillos con sus ojos hacia mí, Ferz.
- Este es Ferz, encargado de armamento. – el chico sonrió hacia mí pero me mantuve im-perita a su obvio encanto. Era una total belleza. Rubio, con ojos de un dorado intenso como si fuera la representación humana del más bello otoño sobre la tierra.
Lykar siguió la presentación con unos tantos más que no eran ni lo mínimo de importantes como lo hacía los anteriores mencionados. No me interesaban los esclavos cuando podía tener a los jefes, y ya empezaba a notar cuales eran.
Terminó su presentación, satisfecho con que lo hubieran dejado terminar pese a su poca receptividad hacia mí.
Para su desgracia, las cosas no resultarían como esperaba.
- Ah, sobre eso. Debiste de preguntarme antes sobre que decidía. Porque creo que he re-capacitado y prefiero recibir mi castigo, me lo merezco, en serio. No se ofendan, solo es-toy mandando al diablo a él.copy right hot novel pub