Podría decirse que este no fue un día perdido, pero tampoco sentía como si hubiera ganado gran cosa después de los últimos sucesos.
En resumen, la Scrott sabía de mí, que tenía la misma capacidad de ella de controlar a las personas, yo había descubierto que tenía alguna llave especial con la que infiltrarse en la corte Smooker…y ahora estábamos en bandos separados.
Tarde o temprano hubiera pasado, desde el principio sentía que algo mal estaba con ella, y conmigo. Aunque lo intentara no podía olvidar que ella era una amenaza.
Cubrí mi rostro con mi brazo tratando de ignorar todo el escándalo que hacia los muchachos a estas horas de la noche por todo lo que habíamos conseguido. No se les había pasado la euforia todavía.
Alguien golpeó mi pierna y abrir un ojo para ver a Lykar parado frente a mi cama. Al menos había tenido la decencia de darme tiempo de bañarme y tomar un descanso antes de joderme la vida, aunque sentía que todavía podría necesitar algunas horas más.
- ¿Quieres fumar afuera? – ofreció señalando hacia la salida.
- No, estoy cansado. – volví a recostar mi cabeza sobre mi almohada pensando en una manera de quitármelo de encima. No tan rápido como querría.
- Bien, ¿qué pasó? – presionó golpeando su pie sobre la cama haciéndola temblar un poco. Que dolor de cabeza.
Levanté de nuevo mi cabeza, perezosamente.
- Ella ya lo sabe. – me limité a decirle.
- ¿Que parte? – preguntó seriamente, me quedé observándolo intensamente para que se diera cuenta. No era bueno hablar de eso aquí, nadie además de Ferz lo sabía. Aunque sospechaba que Mark se había dado cuenta de algo.
- Ah eso. Pues vamos a fumar un puro afuera. La noche está fresca. – dijo golpeándome en el muslo antes de caminar fuera.
Me tomé unos segundos tratando de recobrar fuerzas antes de seguirlo. Salí al pasillo y su puño se conectó con mi barbilla haciéndome trastabillar. Por Dios, cuantas veces tendría que pasar con eso.
- Vamos hablemos. – me ordenó caminando con paso enfurecido camino arriba, hacia las escaleras de emergencia, lo seguí tratando fuertemente de no matarlo de un infarto, o hacer que se ahogara con su propia lengua.
- ¿Qué fue lo que pasó?
- Tu chica es una pesadilla eso es lo que pasó.
- Necesito que seas más específico. – demandó.
Me tomé unos segundos, respiré profundo tratando de calmar mis ansias y le expliqué ya sereno.
- Atracó una bóveda Smooker en el centro de Comunicación y Trasmisión esta mañana con nuestra ayuda. Supuestamente nos llevó allí diciendo que quería enviar un mensaje pero nos salió con que tenía una puta llave que podría llevarnos allá arriba. – le expliqué cómo introducción. Esto pareció romper con toda la calma que le quedaba.copy right hot novel pub