- ¿Qué haces aquí? – le pregunté al mismo tiempo deteniendo a Nick quien hizo ademan de ponerse de pie.
- Me estaba preguntando cuando ustedes dos se fugarían, casi me toman desprevenida. Y aunque quería creer que fuese todo un amorío perverso y masoquista sabía que había más. – dijo con una sonrisa burlona en su rostro mientras avanzaba hacia nosotros con el arma baja pero sin el seguro.
- Estaba primero haciéndole la charla, me lo estas arruinando. - dijo Nick retrocediendo un poco en la silla para verla mejor.
Miré de reojo a Nick quien mantenía la miraba impasible sobre ella mientras se reía divertida, rodeando la mesa para sentarse al otro lado observando el holograma y la computadora.
- ¿Esto es… de Arnold? ¿También los ha involucrado? – preguntó mirándonos a los ojos con diversión. Nick y yo nos miramos por unos segundos antes de ponernos de pie despreocupadamente.
- Vete al infierno, Scar. Tal vez fuimos lo suficiente descuidado para no cerrar la puerta y pensar que éramos los únicos pero no creeremos que no has estado escuchando desde el principio.
Scar solo se limitó a rodar los ojos y dejar su arma sobre la mesa con un ademan perezoso.
- No tienes que ser tan grosero conmigo, hemos estado del mismo lado casi todo la vida que nos conocemos, que ella no te ponga en mi contra. – observé como Nick apretaba la mandíbula y se preparaba para discutirle pero levanté una mano.
- ¿Recuerdas nuestro pequeño acuerdo táctico de no entrometernos en los planes de los otros? Es hora que tomes un paso atrás.
- Estoy de acuerdo, pero te metiste en mis planes. ¿Recuerdas toda tu gran presentación sobre mis ideales y lo puro de mis intenciones?– explicó poniéndose de pie y rodeando la mesa hasta estar frente a mí. – todo empezó con ello. Y no puedes solo desecharme con un ademan y una miraba amenazadora porque he estado en esto mucho antes de que pensaran que era bue-na idea ponerte al frente.
- ¿Como? – preguntamos Nick y yo al unísono.
- Arnold me buscó, hace unas semanas atrás, cuando arribamos a Nueva york. He trabajado antes con él y quería que investigara sobre ciertas cosas que los Smooker mantenían aquí, resultaba beneficiosos que se juntara también con la investigación de la nueva vacuna. O tal vez eso solo fuese siempre una excusa para traernos aquí con una razón.
Nick seguía viéndolo con desconfianza lo que hizo que Scar se le enfrentara.
- ¿Por qué querrías hacer eso?
- Tengo mis razones.
- Arnold no nos dijo de nadie más involucrado, ¿porque no nos diría que alguien de nuestro mismo equipo estaría involucrado también? – siguió interrogándola. Scar respondió con un encogimiento de hombros cruzándose de brazos como si le aburriera.
- Tal vez no confiara en que ustedes hicieran lo suficiente o fueran de confianza, después de todo ustedes están aquí gracias a la información que le conseguí. Necesitaba a alguien con agallas para saber qué era lo que ocurría y un par de víctimas, efectos colaterales, que nadie ex-trañaría para desarrollarlo. Se pensaría que los Lighters son mejores personas pero no le duele deshacerse de un par por sus ideales, tú más que nadie debes de saberlo.
Miré entré ambos con desconfianza pero lo único que veía en Nick eran unos ojos brillantes que me hacían querer saltar a un lado y en Scar una calma tan abrupta como la que hay antes de una catástrofe.
- Bien, bien. Entendemos bien que te das más lujos de lo que realmente te mereces. Pero no hablaremos más de ello. – dije zanjando la conversación y yendo a cerrar la puerta, más para tener algo que hacer y ganar tiempo que otra cosa.
Cerré la puerta respirando profundo antes de darme la vuelta y enfrentarla.
- ¿Estas dispuesta a ayudar?
Bufó divertida apoyando ambas manos sobre la mesa, aun cuando sus ojos eran como una daga plateada sobre mí, certera y contundente.
- Sé que será más fácil deshacernos de ti colaborando contigo que dándote trabas. Has cumplido con tu trato al menos.
- ¿Qué ganas?
- ¿Disculpa?
- ¿Qué ganas tú con esto?– le preguntó Nick, exigiéndole por una respuesta. Ella frunció los labios como si no le gustara que le hiciera esa pregunta pero al poco tiempo me respondió.
- Una plaza aquí, tal vez.
- Estas bromeando ¿verdad? – se burló, mirándola con pesar.
- Sé que a ti te gusta que todo el mundo te desprecie, recibir las sobras, pero nosotros venimos de ser Dioses. Así Mark recibiría lo que merece y yo… Pues tendría que dejar de sonreír cuando estos malditos nos dicen que valemos medio centavo como un cumplido.
Nick negó conmovido antes de lanzarle una miraba venenosa.
- La niña mimada no ha dejado de serlo, ¿eh?
- ambos, basta. No te hagas el ofendido Nick, como si tú no vendieras tu alma por algo, por alguien.copy right hot novel pub