Violet
Despierto repentinamente, esta vez no por algún sonido, ni porque no puedo dormir, simplemente ya no tengo sueño, y son las 8 am, sonara algo raro pero nunca me levanto tan tarde, mi rutina siempre ha sido levantarme a las 6 am, dado que nunca puedo dormir más de eso, es ley.
Luego de salir de mi asombro matutino por haber despertado tarde, voy al baño a cepillar mis dientes y hacer mis necesidades para luego salir de mi habitación e ir a la cocina, ahora tengo más hambre de lo usual, díganme por favor que este rollo de los lobos no trae también un mini lobito dentro de mí que come mi comida y me hace tener hambre todo el tiempo, ¿Via? Tú no te comes mi comida ¿Verdad? Pienso a ver si la loba quiere responderme.
«Para estar embarazada necesitas tener sexo Violet, no, no estas embarazada, ¿de dónde sacas esas locuras? además, no me como tu comida.»
Dice Vía tranquilamente, me río de mi misma porque sí, estoy loca.
— ¿De qué te ríes hija? — pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos, ahora que me doy cuenta ya había llegado a la cocina.
— Nada importante — respondo rápidamente.
«y me niegas»
Dice Via indignada, ruedo los ojos y me concentro en mi madre quien me mira como si estuviera loca.
— Es mi loba mamá — explico haciendo que ella asienta y ponga frente a mi un plato de huevos revueltos y tocino.
— Hoy vendrá a buscarte — recuerda mi madre.
Hago una mueca de fastidio, sinceramente ese chico me hacía sentir extraña, era una mezcla, de algo bueno, y algo que no sabría describir, definitivamente no lo quería cerca, pero claro que eso sería difícil, por no decir imposible, ya que pues, viviré con él, con o sin mi consentimiento.
— Lo sé.
Miro a mi madre con un poco de miedo, soy muy mala compañía... No soy cariñosa, ni social, siempre hemos sido mis padres, Sandler y yo.
(...)
Escuchó que tocan la puerta de mi habitación, ya había hecho las maletas para irme y un sentimiento agrio se asentaba en mi garganta.
— Pase — grito a quien quiera que este tras la puerta.
La puerta se abre dando paso a mi padre, quien mira mis maletas y baja la mirada, triste, melancólico.
— Hija ¿Cómo te sientes? — pregunta
Clavo mis ojos en él y me encojo de hombros.
— No lo sé... Todo esto es extraño — confieso mirando un punto fijo.
— Lo sé, siento no habértelo contado antes, pero fue para protegerte — dice y yo asiento sin mirarlo — Violet tu eres una loba especial, puedes hacer cosas que nadie más puede, quiero que tengas cuidado en la casa del Alfa. — Pide mirándome preocupado — por favor — suplica otra vez al no tener respuesta.
— Esta bien, pero... ¿Porque dices que soy especial? — pregunto
Confundida — sé que no se mucho acerca de nosotros pero... Bueno olvídalo — digo y escucho que tocan el timbre, ahora que mis sentidos se han agudizado escucho y huelo todo, parezco un perro.
— Llegó Kale — suelto un pesado suspiro y mi padre rueda los ojos.
Ambos salimos de la habitación y caminamos en dirección al living donde el delicioso aroma de Kale se hace presente, abrumándome, demasiado delicioso para su propio bien.
— Hola mi Luna — Kale en todo su esplendor se levanta del sofá y se acomoda su cabello rubio para después acercase a mí y darme un beso en la mejilla sin darme tiempo a reaccionar, quedó pasmada en mi lugar y él sonríe con arrogancia.
Mi piel quema ante su toque. Eléctrico y diferente a cualquier cosa que haya experimentado.
— Hola Kale — respondo a su saludo.
— ¿Estas lista? — pregunta mirando a su alrededor.
— Si, aunque no sea
Voluntariamente — respondo rodando los ojos — ¡Sandler! — llamó a mi amigo quien a estado encerrado en su habitación desde anoche... No ha querido hablar conmigo, pero no tengo la culpa de que el lobo lunático me quiera llevar con el.
A los pocos segundos aparece mi amigo, serio, y eso en el es malo, muy malo, ya que el siempre tiene una sonrisa en el rostro.
— San.... — susurro haciendo que me mire, en su rostro no puedo vislumbrar ninguna emoción, sólo una seriedad y frialdad que duele en mi corazón... Mi amigo
— ¿Ya te vas? — pregunta indiferente
— No tengo otra opción — musito por lo bajo haciendo que el suspire, en este momento, uno que nunca había experimentado, en el que Sandler es frío e indiferente conmigo, me permito mostrar lo vulnerable que me encuentro, muevo mis dedos con nerviosismo y miro al suelo buscando un poco de alivio, pero no lo encuentro.copy right hot novel pub