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Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno]

Capitulo 22|Nuestra primera vez

LILLIE

Armarme de valor y salir de una vez, es lo que debería hacer. Llevaba en el baño metida casi una hora, más o menos es lo que llegue a ver en mi reloj. Me había ofrecido que tomara una ducha para sentirme más cómoda y relajada, pero ni eso ni nada calmaba mis nervios.

Soy una cobarde.

Se supone que ya había decidido entregarme a él, pero aún así tenía mucho miedo. Eran por muchas cosas y no solo el echo de que perdiera mi virginidad, si no también el entregarme por primera vez a un hombre significaba para mí mucho más, y no solo eso, sino lo que comenzaba a sentir por él.

Siempre esperé al hombre indicado, al que quizás llegara hacer mi esposo, si en algún momento sucedía. Pero eso se fue evaporando cuando vi la situación que mi hermana vivió con su exnovio. Eso hizo que me entrara miedo y desconfianza con los hombres, por eso razón la mayoría de veces me alejaba de ellos, y nunca pude tener una relación con nadie.

Pero ahora sentía que era distinto, no se porque motivo con él todo era diferente, a pesar de que al comienzo me dio mucha desconfianza, temor y lo odiara, hoy estaba empezando a ver el lado bueno del Diablo y eso me gustaba. Él me gustaba.

Él ya me lo había dicho, pero aún no sabía de qué forma le gustaba, quizás solo sea mi cuerpo. No quería pensar así, pero tampoco debía ilusionarme con él, sabía bien que él nunca iba a poder darme una vida tranquila, o más bien con él nunca podría tener una relación como yo quería.

Con todo el valor que me quedaba salí del baño en vuelta en una bata de baño que él me había dado, mi ropa tenía algo de sangre, me manché cuando tuve contacto con él en aquella habitación antes de salir de ese lugar, y también olía a humo de cigarrillos y alcohol por el sitio en donde estuve. Por esa razón ya no me la puse, solo pude colocarme mi ropa interior, no me sentía cómoda andar desnuda aún que trajera una toalla.

Echo un vistazo fugaz a su habitación. Es enorme, el baño del que había salido era parte de este cuarto, así que tenía que pasar por aquí para regresar a la sala.

Al parecer es su recámara. Las paredes son grises claro y el mobiliario es de madera oscuro, color chocolate, todo muy moderno, bonito y ordenado. Una inmensa cama, con sábanas y cojines azul oscuro. Y por la ventana que está casi a lado, pero alejada, se ven los rascacielos de Nueva York, la luz de la luna solo se refleja y entra por los ventanales.

— Creí que nunca saldrías — me sorprende Dante, al momento que daba unos pasos hacía el centro de la habitación — Ponte esto — dice al llegar hacía mí extendiendo su brazo para darme una playera y unos pantalones de pijama. — Es lo único que tengo y que no pueda quedarte tan grande.

— Gracias — musito cuando tomo las prendas que están entre sus manos.

Mis dedos rozan su piel y esa corriente eléctrica vuelve a recorrer mi cuerpo. No puede ser, con un simple roce él pueda provocar eso en mí.

Cuando elevo la cabeza, apenas veo venir a Dante. Estoy tan nerviosa que hasta tiemblo.

— Espera — le oigo decir en un tono extraño.

¿Pueda ser que él también haya sentido esa corriente?

Se aproxima más a mí, alarga los brazos y con cada mano toma un mechón en cada una, deslizando lentamente los dedos por ellos.

— Tu cabello es tan suave como tu piel… — vuelve a decir y lo veo anonadada, sin saber que decir.

Una de sus manos suelta el mechón y con sus nudillos recorre mi mejilla izquierda, hasta tomar mi barbilla suavemente. Sus ojos no dejan de ver los míos y se acerca más a mí rostro y me besa. Sus labios presionan contra los míos, comenzando en un beso lento y calmado, pero que poco a poco va subiendo, en el mismo momento que él aprieta su cuerpo junto con el mío.

Su otra mano baja hasta mi cintura para tomarme con más fuerza y pegarme mucho más a él. Su lengua comienza abrirse paso en mi boca sin perdida de tiempo. Mi cuerpo vuelve a sentir esa oleada de calor haciendo sentir esa misma sensación que había sentido hace minutos atrás cuando me acorraló en el sofá de su sala. Esa como si tocara un cable de alta tensión. Mis manos automáticamente sueltan las prendas que me había entregado y van hacia sus hombros y cabeza.

Aparté del temor que provoca en mí, también despierta un deseo incontrolable que me sube desde el estómago.

— Y-o.. no.. sé..copy right hot novel pub

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