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Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno]

Capitulo 25|Entrenamiento

LILLIE

Esto no me agrada mucho, tomar un arma entre mis manos y disparar a alguien no es algo que lindo. Se supone que estoy estudiando para ser médico, para poder salvar vidas, no para quitarlas.

Él dice que es necesario para mí protección, ya que supuestamente corro riesgo por los matones esos con los que se enfrentó en el club. No creo que vuelva a suceder ¿o sí?, no creo que lo vuelva a ver después de lo que pasó entre nosotros, ya obtuvo lo que quiso. Terminara aquí conmigo y más tarde me regresará a mi casa lugar, se marchará y no volveré a verle, nunca más.

No es hombre de tener una relación amorosa, él de tierno y lindo no tiene nada, así que no puedo quedarme a esperar a que me pida que sea su novia o se casé conmigo porque le haya entregado mi virginidad, qué ingenua soy.

Él me lo dejó claro, solo quería "sexo" y como ya lo logró, ahora me votará como si fuera una mujer más de la lista por las que pasaron por su cama. Lo peor de todo es que me estoy prendado por él, no sé si pueda acostumbrarme a no volver a sentir sus manos recorrer mi cuerpo o sus labios suaves besando los míos.

Oh por Dios, estoy completamente perdida.

Se acerca y trae con sigo en sus manos una orejeras y un arma, paso saliva nerviosa, nomas de pensar que agarrare una pistola tiemblo.

— Colócate esto en tus orejas — me tiende con su mano el objeto. Yo lo agarro y hago lo que dice — Ahora ponte estos guantes — señala una mesa donde se encuentran — Pon atención. Vas a tomar el arma, pero primero relájate, inhalo y exhala, varias veces hasta que te sientas más tranquila — se coloca detrás de mí, siento su pecho pegado a mí espalda y nuca — Ahora sí se viene la mejor parte — se inclina hacia enfrente para hablar muy cerca en mi oído, su aliento y su respiración rozan mi oreja y mi mejilla.

Si cree que así me voy a relajar esta muy equivocado, tenerlo así tan cerca hace que mi corazón se acelere.

— No… creo poder… — tiemblo y no solo por su cercanía sino también porque acaba de poner el arma en mis manos, sin soltarme el por detrás.

— Venga, toma bien la pistola, esto se le llama empuñadura — dice refiriéndose de donde tomamos el objeto — Este de acá arriba es el seguro, esta bloqueada, tú lo quitarás.

— Y–yo.. — tartamudeo.

— Sí tú, tienes que conocer y saber todas las partes de un arma — con dedos tembloroso hago lo que dijo y quitó el seguro — Después pasas la corredora — señala el punto y prosigo con la tarea — Vas muy bien. Ahora toma así el arma y fija tu objetivo, le tenemos que apuntar y después disparar a esa diana, pero cuando ya tengas el punto fijo. Tú me avisas.

Con ayuda de él alzamos el arma juntos, yo tengo el arma entre mis manos y él tiene las suyas en mis antebrazos, ayudándome a que mi nerviosismo disminuya. Fijo la vista en el punto que me había dicho, inhalo por la nariz y exhalo por la boca, sacando todo el aire retenido.

— Listo — respondo ya un poco más tranquila.

— Perfecto, ahora tiraras del gatillo, que viene siendo este. No vayas a cerrar los ojos — señala con un dedo — ¿Entendido? — no sé si se refería como disparar o que no cerrara los ojos, yo solo asentí con la cabeza — A la cuenta de tres. Uno.. dos.. tres..

No reacciono rápido, paso unos segundos después del tres para que me armara de valor y diera del gatillo. Sin quitarla vista fija del punto disparo y la bala sale volando, un ruido que parece romperte los tímpanos se escucha y resuena en todo el lugar. Nunca pensé que llegara hacer algo así, pero a la vez se siente una liberación, no sé el porqué, que hasta quisiera volverlo hacer.

— ¡Oh por Dios! Lo logré — grito asombrada.

— Y no es por nada pero para ser la primera vez lo hiciste muy bien.

Dante toma el arma y yo me giró para verlo, está sonriendo y yo aún más.

— Como sabré si le di, de aquí no se alcanza a ver casi nada.

Nos encontrábamos a varios metros de distancia, muy apenas podíamos ver las dianas.

— Ven conmigo — me tiende la mano para que la tome y sin pensarlo lo hago, me lleva consigo a ese sitio donde se encuentra la figura a la que le apunté — ¿Ves aquí? — dice mientras apunta con su dedo en la orilla del círculo, yo abro los ojos. Le di — Ese agujero es por donde paso la bala que acabas de disparar. No es el lugar que quería que le dieras, pero aún así le diste al objeto, que es lo que cuenta.

— Lo logre — sonrío ampliamente.

El asiente con la cabeza sin dejar de verme.

— Volvamos, te mostraré cómo se hace y luego lo intentarás nuevamente — me guiña el ojo.

Regresamos al lugar en el que nos encontrábamos anteriormente y nos ponemos el equipo, él solo toma el arma y dispara sin detenerse en ningún segundo, oh por Dios hasta con un arma y disparando es tan sexy.copy right hot novel pub

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