LILLIE
Despierto algo confundida y aún con poco de mareo, pero aún así logro abrir mis ojos, la cabeza me duele, no entiendo que me sucedió. Cuando por fin logre visualizar mi alrededor, me doy cuenta que me encuentro en una habitación que parece de enfermería. Me incorporo para levantarme.
Pero en eso una joven enfermera me detiene y me habla
— Debe descansar, aún sigue débil — dice, seguía sin comprender.
— ¿Qué me paso? — pregunte mientras me tocaba la cabeza por el intenso dolor que tenía.
— Se desmayó, y después la trajeron hasta aquí, para una revisión. — dice la joven.
Mi mente comienza a recordar algo, y recuerdo que antes de eso había ido a la habitación de mi madre, pero.. no logre entrar, porque la escuche hablando con alguien.
¡Ya comienzo a recordar! Ella estaba discutiendo con ese hombre, ese tal Lionel, pero ahora caigo en cuenta de porque me sentí mal hasta desmayarme, ellos hablaban de mí, de quien es él.
Oh no, ya me acordé. En estos momentos hubiera preferido haber perdido la memoria para no recordar lo que mis oídos escucharon, pero eso me lo gané por estar escuchando detrás de una puerta mientras discutían.
Saco el aire que tenía reteniendo en mis pulmones. No sé que haré, no se como encararlos y decirles que se su secreto, que no seré una estúpida más a quien engañen. Lo que más me duele es mi madre, me siento decepcionada y destrozada, porque creí que nunca podría llegar a mentirme ella. Mi súper heroína, no es lo que esperaba.
Sí Dante estuviera aquí conmigo en estos momentos, quizás seria más fácil enfrentar esto, él hacía que me sintiera fuerte y tuviera más confianza conmigo misma. ¿Porque pienso eso?, él me abandonó. Pero mi mente me hace recordar algo, tal vez no me abandonó como creía yo, probablemente regresó. Recuerdo cuando me tomo en sus brazos para que no cayera al suelo, si lo recuerdo. Él a vuelto por mí. Tengo que ir a buscarle.
Sonrío mientras intento levantarme y ponerme de pie, pero la enfermera vuelve a evitar que lo haga, me toma de los brazos para detenerme.
— ¡Tiene que esperar no puede irse! — levanta un poco la voz.
Yo la ignoro mientras sigo luchando por escapar, no se la razón de porque estoy tan débil, que hasta se me dificulta ganarle y quitármela de encima.
En ese momento se abre bruscamente la puerta del consultorio, haciendo presencia un cuerpo grande y corpulento, es el hombre de negro, que no recordaba su nombre, si es que lo llegue a saber. Es el sujeto moreno que me detuvo aquel día en recepción cuando estaba apunto de marcharme a casa.
¿Qué hace él aquí?, no quiero saber nada que relacionado con su señor jefe, como dice él. He comenzado a odiar todo lo que venga de ese hombre.
Se encamina hasta nosotras, la enfermera se aparta para dejarle espacio a él, hasta acercarse a mí.
— Señorita, debe descansar, son órdenes del doctor. — dice, intenta tocarme pero lo detengo.
— ¡Ni se te ocurra tocarme! — grito, se que él no tiene la culpa del problema que tengo con su jefe, pero no quiero saber nada de ellos. — ¡Aléjate de mí! — sigo gritando.
— No puedo su pa… — se detiene, pero después prosigue — El jefe ordenó que la cuidará.copy right hot novel pub