Eduardo dejó el documento en su mano y dijo sin duda.
—No.
—¿Por qué?
Lydia arqueó las cejas y miró a Eduardo un poco enfadada. ¡Cada vez más sentía que el hombre enfrente parecía un cabrón!
—¿Te falta dinero? —Eduardo sacó su billetera de la mesa, sacó una tarjeta negra directamente de ella, la colocó sobre la mesa y la golpeó con las yemas de los dedos— Esta es una tarjeta de sobregiro ilimitada, puede ser utilizada en cualquier lugar.
—Yo...
¿Quería su dinero?
Lydia no pudo evitar poner los ojos en blanco.
Colgó todo su cuerpo en el sofá, estaba acostada en el apoyabrazos del sofá mirando a Eduardo en el escritorio, sus miradas eran como conejos, y Eduardo simplemente dejó los archivos en su mano.
De repente comprendió por qué esos amigos se habían visto afectados emocionalmente tan pronto.
—¿No es suficiente?
Tan pronto como terminó de hablar, Lydia le devolvió la tarjeta, ¡aunque era un poco pobre, no quería perder su dignidad!
¿Cómo podía ser comprada con dinero?
Entonces Lydia decidió usar la emoción y la razón.
—Cuando salgo a trabajar, también les demuestro a los demás que la esposa del presidente Eduardo no es una persona inútil. Estoy muy motivada, ¿no deberías estar orgulloso de ello?
—¿Orgulloso?
Eduardo parecía haber escuchado una gran broma, entrecerró los ojos, envuelto en aire noble.
—Mi mujer, ¿todavía necesitas salir a trabajar?
—...No puedo convencerte.
Lydia bajó la cabeza, un poco indefensa y un poco decepcionada, pero era realmente aburrida quedarse en casa todos los días así. Pero la consideración de Eduardo no era irrazonable, ella era la mujer del presidente Eduardo, ¿quién se atrevió a contratarle? ¿Quién podía pagarle?
Pensando así, Eduardo ya había vuelto a concentrarse en el trabajo, y Lydia tuvo que tumbarse en el sofá aturdida.
Eduardo era un adicto al trabajo, cuando trabajaba, exudaba una especie de aura que nadie podía molestarle, que parecía tener un halo tenue que hacía que la gente no pudiera mover los ojos.copy right hot novel pub