Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Un beso de verdad [GRATIS]

Capítulo 60: Ex

¡Cielos! Estoy demasiado feliz, este sitio es demasiado increíble, ya sea por sus maravillosas vistas, o por la tranquilidad que entrega, además pasar tiempo con mi esposo es algo que me encanta a unos niveles inimaginables.

Por supuesto que extraño a mis hijos, quiero saber cómo están todo el tiempo y mi suegro me ha enviado muchas grabaciones de mis pequeños disfrutando de la ausencia de sus padres, ellos están muy entretenidos con su abuelo, por ende, no me sorprende que no nos extrañen tanto como nosotros a ellos.

Sé que Jack también extraña pasar tiempo con nuestros pequeños, es algo normal, ya que debido a la apuesta pasó todo un mes alejado de ellos, sólo pudo verlos un par de horas, así que a pesar de que no lo diga, sé que los extraña casi tanto como yo.

Creo que regresaremos pronto, aún no estoy muy seguro, también es posible que nos quedemos un par de días más, aunque todo dependerá de las situaciones que pasen a lo largo de nuestro día.

Ahora mismo no siento ganas de irme, Jack se encuentra dormido a mi lado y no puedo dejar de observarlo mientras al mismo tiempo, lo acaricio ¿Cómo terminé así? Estoy casado, tengo dos hijos, pronto terminaré mi carrera universitaria, tengo amigos increíbles, una familia que me apoya ¿qué más podría pedir?

Cuando era pequeño no lograba entender por qué no tenía una familia, los más adultos nunca me respondieron mis inquietudes, simplemente se limitaban a decir "Mientras estés aquí no te faltará nada" pero jamás llegaron a decirme que fui dejado en aquel orfanato.

Por alguna razón, mi inmadurez me hacía pensar en que no merecía tener una familia, me sentía solo, por tanto, al principio me costaba hablar con las personas, me costaba confiar.

Claro que he tenido la suerte de conocer a mis amigos, unos verdaderos amigos que jamás me abandonaron a pesar de que les pedía que me dejaran a solas, además ellos me enseñaron lo que se siente confiar en alguien, lo divertido que es la vida y de cierta forma, gracias a ellos conocí a un hombre que me hace sentir privilegiado en todos los sentidos de la palabra.

Si bien el comienzo fue doloroso, lo volvería a repetir solamente para sentir nuevamente como poco a poco mi mente, cuerpo y corazón se impregnan de él.

A decir verdad, no existen palabras que puedan expresar cuanto amo a Jack, por ello, cada vez que despierto primero que él me encanta cuidar de su sueño y acariciarlo. Ahora mismo parece un niño, este se mantiene abrazado a mi cuerpo y no parece que vaya a despertar pronto, por ello, como ya era un poco tarde, decidí levantarme para traer el desayuno a la cama.

Por supuesto que antes me alisté, no quería acercarme al comedor todo desarreglado, por ende, me di un pequeño baño y me puse un short corto junto a una sudadera que me quedaba gigante, ya que era de Jack y este la usa cuando quiere estar cómodo, incluso a él le queda grande, de hecho, casi me llegaba a las rodillas de lo tan grande que me queda, sin embargo, me encanta usar su ropa, huele tan bien.

El perfume de mi esposo es magnífico, no puedo dejar de pensarlo a medida que camino por la plataforma que se encuentra sobre las cristalinas aguas, hoy hace un poco de frío, así que me apresuré a llegar al comedor y tomé una bandeja para poner el desayuno que planeaba llevarle a mi amado.

Todo iba bien, sólo que choqué con un chico quien pronunció mi nombre con sorpresa tras reconocerme, incluso se atrevió a sonreír y preguntarme como he estado. Debo reconocer que me sentía incómodo, hace años no veía a Enrique, aquel primer novio que tuve cuando era más joven e inexperto.

–¡Qué sorpresa! –dijo con entusiasmo– hace años no te veía, aunque no has cambiado mucho, sigues igual o incluso más lindo.

–Gracias– dije sin saber qué decir, estaba incómodo, sobre todo porque ¿Qué tal si Jack se entera de que mi primer novio está aquí y por culpa de esto quiera irse? Además, Enrique me mira como si tuviese oportunidad de estar conmigo.

–¿Vas a desayunar en tu habitación? –me preguntó viendo el desayuno que tenía en la bandeja– ¿por qué no desayunamos juntos y hablamos un poco? –me proponía.

–Lo siento, desayunaré con alguien más– respondí.

–Bueno, me quedaré varios días, así que ya habrá tiempo para conversar– me decía mientras yo trataba de pasar por su lado lentamente.

–Claro, nos vemos– dije antes de irme.

¿Debía decirle que estoy casado? Siento que debí decirle que iba a desayunar con mi esposo, pero sé que Enrique suele obsesionarse más con aquello que se supone que está prohibido, por tanto, si se entera de que estoy casado, él comenzará a sentir que debe recuperarme, lo conozco lo suficiente como para saber cómo se comporta.

En fin, decidí olvidarme de ello y cuando regresé a la habitación mi amado estaba saliendo de la ducha con una toalla envuelta alrededor de su cintura, por tanto, no desaproveché la oportunidad de comérmelo a él antes de comernos el desayuno.

Esta fue una increíble idea, ya que terminamos desayunando en la terraza y él me observaba con atención a medida que le hablaba sobre lo mucho que amaba la comida de este sitio. Debo reconocer que me encanta que me escuche con atención, hay ocasiones en donde él está ocupado observando documentos o su móvil, pero siempre centra su mirada en mí cuando le hablo.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio