...27 de noviembre...
Ya han pasado tres meses, por supuesto que aún me duele la partida de mi esposo, pero debo ser fuerte, incluso he tomado la decisión de cambiar completamente. Antes me daba miedo todo lo relacionado con los negocios de su familia, sin duda no me equivocaba, es un negocio peligroso, sin embargo, entendí que no puedo proteger a mis hijos si soy igual de débil que ellos.
Primero decidí tomar clase de defensa personal, luego fui añadiendo un poco más de agresividad a mis enseñanzas, hasta llegar al punto de aprender a usar armas, aquel bastardo que mató a mi esposo claramente no se quedará quieto, ahora tiene el camino libre para atacar a cualquiera de nosotros, por ello, debía aprender todo esto si deseo proteger a mis hijos.
Mi suegro eventualmente no estaba de acuerdo, me dijo que no era buena idea involucrarnos nuevamente con ese bastardo, me aseguró que lo mejor era no presionarlo a salir de su agujero, ya que aparentemente mi esposo murió por esa razón.
Me enfada que no me haya dicho muchas cosas que mi suegro más tarde debió decirme, él me lo contó para que me resguardara con mis hijos, solo que hice todo lo contrario, me expuse aún más e incluso tomé ciertos roles que Jack antes debía hacer.
Naturalmente hay muchas cosas que aún debo aprender, muchos de sus trabajadores me han ido enseñando, pero principalmente ha sido Titán y Víctor, quienes me han aconsejado e incluso enseñado sobre cosas que antiguamente dudaría en hacer.
"Quien dispara primero, gana" eso suelen decirme todos, es aparentemente una filosofía de mi esposo, algo curioso, ya que, si te disparan por la espalda, terminas bajo tierra.
–Papá, un sujeto te trajo algo– me informó Lilith, entrando en el despacho de Jack, aunque ahora lo uso yo, solo que me gusta decir que es suyo, siento que así no se irá del todo.
–¿Algo? –pregunté un poco alarmado antes de buscar aquello que me decía.
Era un paquete gigante, con cierto miedo me acerqué al paquete y cuando pensaba abrirlo, mi suegro me llamó, así que mientras miraba el paquete, le respondía.
–¿Ya abriste el paquete? –me preguntó.
–Aún no ¿usted lo envió? –pregunté extrañado.
–No, pero es 27 de noviembre– me recordó– Jack preparó muchas cosas antes de su muerte, supongo que sabía que moría antes que todos– me informaba– disfruta tu regalo y... Feliz día– me dijo antes de finalizar la llamada.copy right hot novel pub