Como tengo camino libre para asechar a María, he aprovechado mi tiempo libre para poder encontrar su paradero, de hecho, hasta he trabajado con el cuñado y a pesar de que el equipo que ha puesto a mi disposición es muy competente, no puedo evitar sentirme un poco culpable por el hecho de llevar a todos esos hombres a su posible muerte.
No sé cómo los Daniels logran soportar la presión, hasta ahora el trabajo sucio siempre lo he hecho yo, mi vida siempre ha estado en riesgo por lo que no me he sentido presionado, al contrario, a mi vida no le tomo la misma importancia que le tomo a mis acompañantes.
Hace unos días encontramos una base en donde el mismo tiempo descubrimos el paradero de Marcos, la rata se ocultaba detrás de un grupo de hombres con un cargamento increíblemente grande, ese día fue un desastre, sobre todo porque la policía también llegó al lugar.
El sitio era grande, cuando entramos nos estaban esperando varios hombres armados que servían a María, pero por supuesto que, gracias al equipo que la familia Daniels me ha prestado, conseguimos salir con un par de rasguños, el único problema es que fui regañado.
Bajo mi punto de vista, aquel encuentro no estuvo tan mal, conseguimos disminuir el grupo de delincuentes de María, incluso herir a Marcos, debo reconocer que me hizo muy feliz saber que mi bala logró herir su pierna, sin embargo, bajo el punto de vista de los Daniels, fue sin duda arriesgado permanecer allí cuando la policía llegó.
Debo confesar que me sentí incómodo cuando Jack me regañó, algo curioso, de todas formas, le faltan un par de años para hablarme así, de hecho, tuvimos una discusión bastante acalorada justamente porque mi orgullo me impide perder contra él, además no soporto la idea de que me den órdenes, así que sí, fue divertido.
Claro que, Víctor también me regañó, algo que el estúpido de Jack disfrutó mucho justamente porque Víctor sabe que a él si lo escucharé, por lo que tuve que apretar los dientes y callarme todos los insultos que tenía. Los cuales, por cierto, fueron liberados una vez que le di un pisotón a Jack antes de salir de su casa.
Recibí varios insultos de parte del cuñado, pero entre más lo molesto, mejor nos llevamos. Es un idiota, pero me cae bien.
Como se supone que ya aprendí mi lección, decidí moverme por mi cuenta, sigo trabajando con el equipo, sólo que para atacar decidí ir por mi cuenta, de todas formas, sabía que dentro sólo estaría María y Marcos.
Era posible que también hubiese un par de hombres, sólo que sabía que la mayoría se encontraba en otro sitio en donde envié al equipo a investigar. Es muy probable que sea una pésima idea ir solo, pero si muero no caerá conmigo los integrantes de la mafia Daniels.
Sé perfectamente cómo defenderme, le avisé a Víctor que llegaría un poco tarde a casa, por lo que él aprovechó para avisarme que estaría en el club, incluso dijo "Pasa a recogerme cuando termines" justamente porque su auto aún no ha sido reparado.
Bajo mi punto de vista, todo iba bien, tenía a María y a Marcos en un mismo sitio, muchos de sus hombres no estaban cerca y tenía la suficiente energía como para entrar a la nueva casa de María destruyendo todo a mi paso.
Había alrededor de 20 sujetos que me hicieron el camino más complicado, sin embargo, logré llegar a la ubicación de María quien tranquilamente se encontraba en el sofá de su casa viendo la pantalla de una tablet, mientras que Marcos se encontraba cerca de la chimenea tratando de controlar su nerviosismo. Parecía que mi presencia lo asustaba, por ello cerré las puertas detrás de mí y recargué mi arma tranquilamente.
–Vaya, sin duda te has vuelto mucho más hábil ahora– comentó María tomando una copa de vino sin tener algún tipo de preocupación por mi presencia, algo que, me hacía estar con la guardia alta.
–Algo que he adquirido gracias a ti– dije observando a Marcos.
–¿Qué se supone que harás cuando acabes con nosotros? –preguntó despreocupada.
–Seguramente lidiar con la familia Daniels, se supone que no tengo autorización de matar a la rata que te acompaña, pero ambos sabemos que una vez que lo haga, el resto no importará– dije apuntándole, por lo que su nerviosismo aumentó.
–Es una lástima que no hayas querido trabajar para mí–murmuró María– pero bueno, dejemos toda esta charla de lado– añadió girando su tablet para que pudiese ver lo que ella antes observaba– me iré de la ciudad por un tiempo, así que hagamos un trato.
No pude evitar observar la grabación en vivo de uno de sus hombres, quien era acompañado por el resto y reconocí rápidamente el club en donde lógicamente estaban causando un alboroto e incluso lastimando a varios trabajadores con tal de llegar a Víctor. A través de la pantalla pude ver como este bajaba de su oficina sabiendo que iban a por él, pero como era de esperarse, no quería que lastimaran a sus trabajadores.
–Lo tenemos en la mira, señora– habló su hombre.
–Muy bien, Sebastián, la vida de este chico queda en tus manos– comentó viéndome a los ojos.
Mi arma estaba cargada, solamente debía disparar, todo acabaría si disparaba, incluso pensaba en que todos mis años de investigación y entrenamiento valdrían la pena ahora, sin embargo, a pesar de que sentía la adrenalina por el momento, me vi en la obligación de bajar mi arma cuando vi que le dispararon a Víctor.copy right hot novel pub