—Parece que no te da gusto verme.
–dice mirando las fotos en la mesa.
—Yo...lo lamento. Nunca creí volver a verte.
—Si, tampoco creí que regresaría. Fue difícil pasar por eso. ¿Dónde esta mi niña? –cuestiona.
—Ella...se fue con Nelly, tuvo una semana dura con la brigada y fueron al cine. –miento.
—Muero de ganas por verla. ¿Tardará mucho?
—Sí, de hecho dormirá con ella sólo por esta noche, no es algo que haga a menudo, pero se lo merecía.
—Supongo que será mañana.
Max me mira como esperando alguna reacción de mi, pero no sé como reaccionar. No lo esperaba y sinceramente me sorprende verlo aquí.
—Amanda, sé que esto en extraño, fue mucho tiempo pero no actúes como si no me conocieras, estamos casados, tenemos una hija, y me da tristeza que te comportes como si no supieras quien soy.
—Max yo... pasó tanto tiempo y no supe de ti, te creí...muerto.
—Pero no es así, hice todo mi esfuerzo para volver, quise comunicarme pero el lugar en donde estaba no había manera, además no sabía si ustedes seguían aquí.
—¿Y a dónde me iba? No quise moverme de aquí esperando por ti.
—Ya estoy aquí. Y me alegra estarlo, ¿a ti no?
—Ha pasado mucho... yo...
—¿Ya no me amas?
—Claro que si.
—¿Hay un pero?
—Pero estoy confundida.
—Hay alguien más. –afirma.
—¿Qué esperabas? No supe nada de ti, fueron cinco años. Me sentía sola, necesitaba apoyo de alguien y...
—¿Quién es?
—El padre de Alexander. –confieso.
Max me sonríe derrotado.
—Supongo que no hay nada más que decir.
—Max perdóname.
—No tengo nada que perdonarte, debí suponer que sucedería. Podrías decirle a mi niña que vendré mañana por la tarde.
—¿A dónde irás a esta hora?
—Buscaré un hotel cerca.
—Max por favor quedate.
—No quiero hacerlo, no quiero que esto se vuelva incómodo.
—No me incómoda.
—Pero creo que a mi sí. Hasta mañana Amanda.
Max abre la puerta y no vuelve a mirarme. Me siento mal por no reaccionar como imaginé que lo haría, pero es que ahora todo es diferente.
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—¿Está loco? ¿Cómo que no quiere bebés? –cuestiona Nelly comiendo no sé que rayos de su plato.
—Pues eso dijo, lo descartó.
—Y supongo que tú no le dijiste nada sobre...
—No, no pude ni decir nada. –bebo un sorbo de café–. Tenía tantas cosas en la cabeza que preferí no hacerlo.
—Esto es un problema.
—Hay un problema mayor, mi madre me corrió de la casa, ya sabe de Jared y yo.
—Que extremista.
—Me ha llamado como veinte veces y no respondí. No quiero que me diga que estoy mal y bla bla bla.
—Pues a mi me llamo en la mañana, me dijo que... tu padre había regresado.copy right hot novel pub