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Una madre para mi hijo

CAPÍTULO 1. PRIMER ENCUENTRO

Lilibeth Domínguez

Voy camino hacia una cafetería muy linda que encontré ayer en Orvieto, Italia es un lugar muy tranquilo y me gusta, tiene poco más de una semana que me mude aquí ya que en mi país no tengo nada que me retenga después de la muerte de mis padres me sentía tan sola que necesitaba buscar una nueva aventura, pero nunca pensé que lo que viviría en los siguientes días sería más que una aventura.

Salgo de la cafetería con un delicioso helado cuando veo a un hombre que me corta la respiración, está sentado pero puedo deducir que mide más de 1.80 es fornido, ojos azules que destacan sobre su piel bronceada sobre todo con ese cabello negro azabache y la mujer que lo acompaña es hermosa en toda la extensión de la palabra, cabellera rojiza, de piel blanca, alta y de buen cuerpo ya que desata las miradas de todos los hombres que pasan por ahí, nuestras miradas se encuentran unos segundos y siento como un vuelco al corazón pero yo soy la primera en desviar la vista después sigo mi camino.

Hace dos días de mi primer encuentro con aquel hombre y aún no puedo olvidar esos hermosos ojos al igual que esos labios que parecían invitar a besarlos, estoy en la misma cafetería de ese día grabando un pequeño video para subirlo después a mis redes sociales ya que no me gusta hacer lives, cuando detrás de mí escucho muchos disparos y por lo fuerte de estos deduzco que es un arma de alto calibre, todas las personas comienzan a correr y gritar tratando de protegerse al mismo tiempo que se escucha el chirrido de una camioneta, me agacho y cuando estoy a nada de salir corriendo como los demás puedo darme cuenta que todos los impactos de bala iban dirigidos contra esa camioneta lujosa que está a solo unos pasos de donde me encuentro, sin previo aviso se abre la puerta trasera y veo como una mujer bañada en sangre se cae sosteniendo algo en sus brazos.

Estoy a punto de dar media vuelta cuando ella repara en mí y me mira con unos bellos ojos verdes suplicando mi ayuda y como la tonta que soy no dudo en acercarme a ella, se levanta un poco y veo un bebé de aproximadamente unos 5 meses en sus brazos ella ha estado tratando de protegerlo todo este tiempo no sé si él está herido ya que llora con todas las fuerzas de sus pulmones, me lo entrega y me dice algo que no logro entender ya que no sé italiano, después de esto se arranca una cadena de plata de su cuello la cual me entrega, intenta alejarme con sus manos ya que puedo escuchar el ruido de varios autos tratando de llegar al lugar donde nos encontramos, doy media vuelta y salgo corriendo de ahí no sin antes darle una última mirada a esa mujer que ha dado su último respiro.

Corro entre las calles vacías ya que todos se han alojado en locales o en sus casas para mantenerse a salvo, cuando estoy a una distancia prudente y creo que nadie me sigue me doy a la tarea de revisar al bebé que llevo en brazos este sigue llorando, pero afortunadamente esta ileso, me quito mi chamarra y envuelvo con ella al pequeño. Después de aproximadamente una hora de caminar sin rumbo no sé a dónde dirigirme si a mi pequeña habitación de hotel o entregar este bebé a las autoridades no quiero meterme en problemas y menos siendo una turista.

He decidido llevarlo a las autoridades cuando escucho a mis espaldas unos gritos de hombres y el ruido de al menos 5 camionetas, el miedo me invade y creo que son los que están detrás de este bebé por lo que no me queda de otra que correr nuevamente, solo he avanzado unos cuantos metros cuando una camioneta me cierra el paso, pienso que es nuestro fin, se baja de la parte trasera un hombre pero por los nervios no lo reconozco así como por las lágrimas que escapan de mis ojos las cuales me nublan la vista, me veo rodeada de varios hombres con armas largas, por fin este hombre se planta delante de mí, me doy cuenta que es el mismo hombre de hace dos días y mi alma se me cae a los pies.

Algo me dice en italiano, pero yo no le entiendo y le explico que sólo hablo en inglés y español, uno de sus hombres hace de traductor todo el tiempo, me exigen que le entregue al bebé que tengo en mis brazos y que les explique qué hago yo con él, sin previo aviso él se acerca a mí y trata de arrebatarme al pequeño de mis brazos, pero yo me aferro a él como si mi vida dependiera de ello.

-Por favor no le haga daño, él es inocente -Le pido mientras más lágrimas brotan de mis ojos entonces su hombre le traduce lo que le he dicho y me responde.

-Dice mi jefe que por favor nos entregue al bebé, él es el padre del pequeño y hemos estado buscándolo desde que nos enteramos del accidente -Me sorprende que diga esto, pero aun así no puedo fiarme de su palabra.

- ¿Cómo puedo saber si no me está mintiendo? No puedo entregárselo hasta que me demuestre que él es su padre -Después de hablar con su jefe y este gritar exasperado me jala del brazo y me muestra una foto en su móvil del pequeño y en efecto puedo notar que es él mismo bebé que tengo en mis brazos y se ve bastante feliz en los brazos de su padre.

-Está bien, se los entregaré -Jalo mi brazo y por fin este hombre me suelta, pero me ha agarrado tan fuerte que estoy segura de que mañana tendré un moretón donde me estuvo apretando, levanto un poco la chamarra y estoy a punto de entregárselo cuando me doy cuenta de que el pequeño tiene su mano enganchada tan fuerte en mi suéter que me es imposible abrir su manita, ahora puedo ver que se parece al cavernícola de su padre. -Por favor señor, ¿puede extender uno de sus dedos? -Cuando le informan lo que acabo de pedir me mira con mala cara e ignora lo que acabo de decir.

-Vamos que no le voy a morder el dedo, es solo para que el pequeño pueda tomar su dedo y dejé mi suéter -Digo exasperada por la actitud de este hombre, termino de decirle eso y acto seguido extiende su mano la tomo y poco a poco acerco su enorme dedo a la manita del bebé que duerme plácidamente en mis brazos, después de un rato toma el dedo de su padre y me suelta, ya cuando lo tiene en sus brazos me mira con ojos como platos y algo les grita a sus hombres, sigo la dirección de su mirada y me doy cuenta de que mira mi suéter beige manchado de sangre.

-El bebé no está herido, es la sangre de su madre ya lo revise y él está bien, será mejor que no lo destape ya que está dormido y hace mucho frío en este momento, puede provocarle un resfriado -Se lo explico para que deje de alarmar a sus hombres mientras saco mi suéter por la cabeza (ya que no quiero andar por las calles con una mancha de sangre eso sería aterrador) y al momento me arrepiento ya que solo traigo una blusa muy fina y ajustada, tomo el suéter y lo tiro a un bote de basura que se encuentra cerca, en todo momento sus hombres y él no me quitan la vista de encima, temiendo que traiga una bomba debajo del suéter, tomo de mi mochila una cuellera y la pongo sobre mi cuerpo para cubrirme un poco del aire helado.copy right hot novel pub

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