Modo oscuro
Idioma arrow_icon

VENDIDA (COMPLETA)

10. | NO TE CONTENGAS

Raquel Martínez.

Me quito el vestido amarillo que llevaba puesto y lo dejo sobre la cama con la intención de envolver una toalla alrededor de mi cuerpo ahora semidesnudo para ir a darme una ducha. Cosa que no hago puesto a que cuando hago un ademán de tomar la toalla que yace sobre mi cama unas manos rodean mi cintura, provocando que dé un pequeño salto por el susto.

Giro sobre mi propio eje, encontrándome con unos penetrantes ojos color esmeralda mirándome con auténtico deseo.

— ¿Q-Qué es-estás haciendo aquí? —tartamudeo nerviosa por su cercanía.

— Quise venir a hacerte un poco de compañía —sonríe con fingida inocencia, recorre con su dedo índice mi cuello, dejando después besos húmedos por el mismo sitio los cuales hacen que mi piel se erice y mi corazón bombee sangre con frenesí.

Él sabe lo que está causando en mi y lo disfruta, siento como sonríe contra la piel desnuda de mi cuello al sentir mi pulso acelerado.

— No necesito tu compañía —espeto, colocando mis manos en su pecho para alejarlo—. Sé a lo que viniste y de una vez te diré que no pienso acostarme contigo, si tantas ganas tienes entonces búscate a la zorra de tu amiga.

Tomo la toalla de la cama con rabia y la enrollo a mi cuerpo para cubrirme. No sé qué cree este imbécil que soy yo, pero si viviré con él no será para calmar sus ganas cada dos por tres.

— Es idea mía o... —ladea su cabeza esbozando una sonrisa burlona—. ¿Estás celosa?

— No seas ridículo Erick, por supuesto que no —cruzo mis brazos sobre mi pecho, rodeando mis ojos—. Sólo te digo la verdad, búscala a ella que a diferencia de mí está dispuesta a complacerte en todo y a mí déjame tranquila.

— Tal vez tengas la razón, sí —asiente—. Pero solo hay un detalle insignificante en eso.

Da varios pasos devuelta hacia mí, quedando frente a mi persona con tan sólo unos escasos centímetros de distancia entre nosotros.

— Con quien quiero estar ahora no es con ella ni con otra, es contigo —murmura, dándole una fugaz mirada a mis labios.

— Erick detente —pongo mi mano en su pecho dispuesta a alejarlo otra vez, pero él no lo permitió—. Estás demasiado cerca —balbuceo.

Él hace caso omiso a mi pedido y me toma de la cintura para acercarme a su cuerpo, causando que la toalla que cubre mi cuerpo caiga a mis pies y con esta cercanía puedo sentir el bulto que empieza a levantarse en su entrepierna.

— Sé que quieres repetir lo de la otra noche, yo también —murmura, deja un beso debajo de mi oreja—. No lo pospongamos más y déjate llevar.

En un abrir y cerrar de ojos tengo sus labios sobre los míos.Empezó con un beso suave y tierno en el que no pongo resistencia, para así después adueñarse de mi boca con fiereza, posesión y deseo.

«Entonces mándalo a la mierda» Las palabras de Joel hacen eco en mi cabeza. Quiero refutar, alejarlo de mí y hacer lo que me prometí hacer si intentaba cualquier cosa: mandarlo a la recontra mierda. Pero no puedo, las ganas han nublado mi cordura y las hormonas se han apoderado de mi cuerpo.

Me pierdo en sus labios, son tan suaves y finos, pero carnosos. Coloco mis brazos alrededor de su cuello y enredo mis dedos en su cabello lacio, profundizando el beso.

No miente, si quiero lo mismo que quiere él y con este beso lo estoy demostrado.

Me separo de él con la respiración igual de inestable que la suya y lo empujo hacia a la cama para después subirme encima de su cuerpo y seguir besándolo como si mi vida dependiera de ello.

En un ágil movimiento Erick cambia de posición conmigo, quedando ahora sobre mí. Quita su camisa con desespero, lanzando la a cualquier rincón de mi habitación y vuelve a apoderarse de mi boca mientras desabrocha mi brasier, dejando mis pechos descubiertos.

Los contempló por un momento antes de apoderarse de ellos, mientras besa y muerde uno con su mano masajea el otro.

Él deja mis pechos y desciende hasta mi intimidad dejando en el trayecto besos húmedos por mi cuerpo. Bajó mi ropa interior de un sólo tirón dejándome expuesta ante él, humecta sus labios con la punta de su lengua sin dejar de pasar mi vista por mi cuerpo desnudo.

Me da un corto beso y suelto un jadeo cuando lo siento introducir dos de sus dedos dentro de mi, provocando con los movimientos de sus dedos que cada vez se tornan más rápido que pierda la poca cordura que poseía segundos atrás.

— Ya estás tan mojada —murmura divertido en mi oído—. Me exita saber que estás así solamente para mí.

— Erick... —jadeo, arqueando la espalda una vez que me corro en sus dedos.

Él sonríe sacando sus dedos de mi interior llenos de mí y los lleva a su boca para probarme sin perder contacto visual conmigo, subiendo mi nivel de exitación.

— ¿Quieres que lo haga ya?

Sacudo la cabeza en forma de negación de forma inmediata.

— Aún no —contesto, mi respiración cada vez está más pesada, agitada.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio