Modo oscuro
Idioma arrow_icon

⭐VENDIDA (COMPLETA)

18. | NO QUIERO PERDERTE

Raquel Martínez.

El sonido de unas pisadas hacen que despierte y debo pestañear varias veces seguidas para acostumbrar a mis ojos a la claridad que proviene de las escaleras.

Miro a dicho sitio y es cuando lo veo venir caminando hacia mí con señales de haber estado tomando, desde aquí puedo oler el olor a alcohol que viene de él.

— Hola preciosa —dice sonriendo.

Mientras camina se tropieza con algo, pierde el equilibrio y se tambalea hacia adelante, pero se sostiene de la silla cerca de las escaleras para evitar caer de bruces al suelo.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto seria—. ¿Y en ese estado Erick?

— Quería verte —se encogió de hombros—. Y estoy bien, solo fue un trago.

El que arrastre las palabras al hablar, se tambalee al caminar y se ría solo de quien sabe que como un retrasado me asegura lo contrario.

— Por supuesto —digo sarcástica—. ¿Uno multiplicado por cuánto?

Él no responde, sólo me mira.

Suspiro, cansada.

— Iré a buscar a Sandra para que te lleve a tu cuarto —me levanto de la cama, cuando paso por su lado para ir a la puerta él me tomo del brazo.

— Cariño, tú no puedes salir de aquí —me recordó con una sonrisa plasmada en su rostro.

Ruedo los ojos, irritada por su conducta.

— Entonces vete sin ayuda, quiero estar sola —digo con el semblante serio, aprovecho su estado para soltarme de su agarre con facilidad.

— ¡No! —dice serio, pero después suelta una carcajada—. Quiero quedarme aquí, contigo.

— ¿A qué viniste, ah?

— Necesitaba verte —dice acariciando mi mejilla con los nudillos de su mano.

— Estás borracho —doy un paso hacia atrás, rompiendo el contacto—. Mejor vete a tu cuarto a dormir.

— ¡Que no estoy borracho! —avanzó hacia mí el paso que yo retrocedí.

Evitando tenerlo cerca, retrocedo otro paso, otro y otro más hasta que mi cuerpo toca la pared atrás de mí mientras que él avanza sin detenerse hacia mí.

— Si lo estás, y mejor vete —digo poniendo mis manos contra su pecho una vez que lo tengo a centímetros e intento empujarlo lejos, pero él colocó sus manos sobre las mías dándoles un suave apretón.

— No quiero —murmuró inclinándose hacia mí, provocando que sus labios estén más cerca de los míos y nuestras respiraciones se mezclen entre sí.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio