NARRA RAQUEL.

Joel: ¿Que está habiendo él aquí? — pregunto con su entrecejo fruncido, sabía que estaba enojado.

— Ahm, Joel él...

Erick: Solo vine a traer a Raquel — hablo levantándose del sofá, un poco serio. — Pero tranquilo, ya me iba — Dicho eso volteó a verme. — Adiós, hablamos después — yo asentí y él beso mi mejilla.

Le pasó por un lado a Joel quién lo fulminó con una mirada, y después salió del departamento.

Joel: entonces, pasaste la noche con ese imbécil, por eso nunca llegaste a dormir

— Sí, pase la noche en su casa, pero no pasó absolutamente nada de lo que estás pensando.

Joel: ¿Ah no? — dijo, y arqueo una ceja.

— No Joel — suspiré. — Erick sólo me ofreció quedarme en su casa después que me salvó de un sujeto, y yo acepté porque...

Joel: Espera, no entiendo. ¿Cómo así que te salvó de un sujeto? — pregunta confundido sentándose a mi lado en el sofá.

— Oh, no lo sabes cierto. Ahm, después de la fiesta acompañe a Nicolás a su casa, estaba tan borracho que no podía mantenerse por sí solo de pie, y cuando llegamos él empezó a decirme incoherencias, que quería haberme suya y me beso a la fuerza.

Joel: Que imbécil, se las verá conmigo cuando lo vea. — hablo algo molesto. — con razón no te quedaste con él.

— Si, pero eso no es todo. — suspiré. — cuando me marché de su casa me perdí porque no conozco esa parte de la ciudad, entonces me di cuenta que un hombre me seguía y no me quedo de otra que esconderme en un callejón. Pero ahí había otro hombre e intento abusar de mí.

Joel: ¡¿Que?! — elevó un poco la voz. — ¿Por qué no me había dicho eso antes, Raquel?

— Quería decírtelo en persona, lo siento.

Joel: Dios — hablo pasando sus manos por su cabellera. — Pero, ¿este tipo no te hizo nada? ¿estás bien?

— No, gracias a Erick quien llegó a tiempo no me hizo nada. Y si estoy bien, tranquilo.

Joel: Pero hay algo que no entiendo, ¿cómo Erick sabía que estaba ahí?

— No lo sabía, él estaba en casa de su hermana que queda en ese lugar y cuando se marcaba escucho mis gritos, y fue a ver qué sucedía.

Joel: Ahm, bueno supongo que debo agradecerle que te haya salvado. ¿Segura que estás bien?

—Si Joel, segurísima. — le sonreí sin mostrar mis dientes. — bueno, iré a cambiarme y a descansar un poco. — hable levantándome del sofá.

Joel: está bien, ve.

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