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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 247: Las personas podían cambiar

Cuando Alain y Cynthia bajaron, todos estaban allí. Chloe cuidaba de Alessia y Álex podía comer sin ayuda de nadie.

—Parece que no llego tarde, justo a tiempo para desayunar.

Arturo entró por la puerta en silla de ruedas.

Le sonrió a Cynthia.

—Dijiste que quieres invitarme a comer, pero tengo que buscarte para poder comer juntos.

Cynthia pasó por lo de la muñeca nada más regresar, de modo que se olvidó de ese asunto, se sintió culpable al respecto.

—Lo siento, se me olvidó.

—No pasa nada, para eso he venido.

Arturo miró a Alain mientras hablaba.

—¿Qué tal si me invitas a desayunar ahora?

La mano de Alain que estaba sobre el hombro de Cynthia se deslizó hasta su cintura y la llevó hacia su cuerpo con fuerza. Luego el hombre sonrió a Arturo con desgana.

—Presidente Arturo, ¿has llegado al punto de que no te puedes permitir ni un desayuno?

Arturo miró por encima la mano que estaba en la cintura de Cynthia, sus ojos parpadearon y sonrió.

—Si no me invita la señorita Cynthia, cualquier plato delicioso perderá su encanto.

Los ojos de Cynthia miraron a Arturo y Alain, sentía que estaban compitiendo algo, porque tenía pinta de que se iban a enfadar.

Dado que se ofreció a invitar a Arturo a comer, no podía incumplir con su promesa.

—Pues ven a desayunar con nosotros.

Arturo miró la mesa medio llena que no estaba muy lejos, seguía con su sonrisa.

—¿No crees que no es adecuado invitarme a comer con tanta gente? ¿No deberías preguntarme lo que me apetece comer?

—Lo siento, no he sido considerada. Presidente Arturo, ¿a dónde quieres ir a comer? ¿Qué te apetece?

La expresión de Cynthia fue un poco sutil por un instante, no esperaba que Arturo fuera tan quisquilloso hoy.

Tenía una impresión adaptable de él.

—A la derecha del hotel hay una tienda de desayunos que está muy bueno. Me gustan mucho los bollos cristalinos que tienen. ¿Te gustaría desayunar conmigo allí?

Cynthia mantuvo la sonrisa en su rostro y dijo:

—Claro.

Cynthia no pareció darse cuenta de que Arturo solo quería desayunar a solas con ella, así que este le recordó:

—Solo me vas a invitar a mí, ¿verdad?

Cynthia asintió sin dudar.

—Sí.

Él sonrió hermosamente.

—Entonces, no será apropiado que el presidente Alain también se venga.

«¡Se está pasando tres pueblos!».

Alain estaba a punto de decirle algo, pero notó que una mano la estaba tirando de su espalda con fuerza.

Volvió la cabeza y vio que Alessia la estaba agarrando de la ropa.

—Papá, come, te he pelado el huevo.

Cynthia sonrió y acarició el cabello de su hija.

—Buena chica.

Ella miró a Alain.

—Entonces te dejo a cargo de Alessia.

—Papá, mira el huevo que te pelé...copy right hot novel pub

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