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¡Vuelve conmigo,mi cariño!

Capítulo 376: Era pequeño, pero matón

Pensaba que era demasiada olvidadiza. Menos mal que había toallas en el baño. Cuando terminase, podía pedirle a su hijo que subiera a por ello.

Sabiendo cómo iba a salir del baño, se acostó cómodamente para darse un baño.

Al rato se levantó, se enjuagó bajo la ducha y se lavó el cabello. Se envolvió con la toalla y caminó hacia el área seca. No abrió la puerta y dijo:

—Álex, ¿puedes subir a por el pijama de mami?

Álex levantó la cabeza y miró hacia la puerta de vidrio esmerilado del baño. No veía nada y preguntó:

—¿Dónde está?

—En el armario debajo del espejo del baño.

Puso a propósito su pijama en el armario del baño. Después de tomar una ducha, ponía ponérselo directamente y luego salir sin la toalla de baño.

—Voy a buscarlo.

Álex dejó la tableta, se bajó de la cama, se calzó las pantuflas y corrió escaleras arriba. Se movió rápido, abrió la puerta y entró. No se dio cuenta de que había alguien en la puerta y se chocó contra Alain. Se cubrió la frente y vio que Alain también vestía un pijama de seda gris, igual que el suyo.

Se miró a sí mismo y luego volvió a mirar a Alain.

Alain se arrodilló y le quitó la mano de la frente.

—¿Te duele?

No tenía la frente hinchada.

Álex negó con la cabeza:

—No me duele.

Pensó un rato y preguntó:

—¿Tu pijama también lo hizo mami?

Antes, mami solo lo hacía para él y su hermana.

Alain no sabía si lo hizo Cynthia, solo sabía que se lo dio Cynthia. Siempre pensó que lo había comprado.

Miró el pijama de su hijo. Tenía el mismo material y estilo que el suyo y preguntó:

—¿Esto lo hizo tu mami?

Álex asintió.

—Mami hace la mayor parte de la ropa íntima que mi hermana y yo usamos.

Era diseñadora de moda y conocía bien las telas. La tienda de ropa también tenía las máquinas necesarias, por lo que era muy conveniente hacerlo.

Álex miró a Alain y le advirtió:

—Debes ser amable con mi mami.

Mami era tan amable con él.

Era pequeño, pero matón.

Alain se puso de pie y lo miró con condescendencia.

—¿A qué viniste?

¿Bueno con Cynthia? Ese era su deber con su mujer. ¿Quién podía mimar a su mujer además de él?

¿Acaso hacía falta que le advirtiera?

Álex levantó la cabeza.

—Vengo a por el pijama de mami, y hoy dormirá conmigo.

Alain ya lo sabía y no se sorprendió.

Por el contrario, Álex parecía estar fanfarroneando. Como si quisiera decir que había estado con mami demasiado tiempo, y ahora era su turno.

Palmeó a su hijo en el hombro y sonrió sin decir nada. Se dio la vuelta y sacó el pijama de Cynthia.copy right hot novel pub

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