Denis odiaba extremadamente esa palabra en ese momento: ¡castigo!

-Usted, Señor Joaquín nunca para su castigo, ¿Y si me niego a ser obediente hoy? ¿Cómo me castigará usted?- ¿No la había castigado lo suficiente?

¡Castígame, castígame! En el asiento del pasajero, la mujer se sentía así... -Si el jefe Joaquín quiere castigarme, haga lo que quieras.- Ya estaba rendida, desesperada, ya no importaba cualquier castigo.

¿Y qué? ¡Qué más podía pasar!

En el asiento del conductor, los ojos del hombre brillaron y de repente se volvieron profundos. Giró la cabeza y dijo con voz profunda, -Vale, si quieres saberlo, te dejaré conocer.- Después de terminar de hablar, enganchó el cuello de Denis con el brazo largo hasta frente a él, y su otra mano frotaba fuertemente los labios de Denis. Sonó su voz baja en el coche silencioso, -¿Lo sabías? Realmente odio tus labios, que están manchados con el aliento de los demás.- Tocaba y frotaba los labios de Denis con el pulgar, y de repente se inclinó hacia los labios de Denis, ferozmente... ¡Un mordisco!

¡Sí, le mordió!

-¡Hmm!- El dolor de ser mordido en los labios hizo que Denis gimiera, e inmediatamente extendió la mano para empujar a Joaquín, pero tras un mordisco, Joaquín se levantó rápidamente de su cuerpo, arrancó el coche, puso en marcha, pisó el acelerador, y arrancó el motor, una serie de acciones era tan fluido como el agua corriente.

Mientras el coche se alejaba, Denis soltó la mano que cubría sus labios, sabía que el olor a óxido ferroso era el de sangre.

Estaba muy cansada, por lo que agotó sus energías y se apoyó en el asiento del coche... le daba igual, le daba igual lo que quisiera hacer. Lo que podía hacer era obedecer...copy right hot novel pub