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Amante peligroso

Capítulo 22: Ella huye de él

En el atardecer, la luz del sol que quedaba iluminaba la habitación del hospital.

Ivana se levantó, ligeramente echó un vistazo a la cama, sobre ella estaba una mujer con el rostro pálido y enfermo que bajo la cálida luz del atardecer se había quedado dormida con la postura encogida.

A punto de marcharse, Denis que estaba en la cama abrió los ojos de pronto.

-Ivana, tengo que pagar las deudas, ya no tengo nada, no tengo nada a parte de a mí misma. ¿Qué tal si me uso a mí mismo para pagar la deuda? -murmuró.

Una vez terminada de hablar, cerró los ojos y volvió a quedarse dormida.

El corazón de Ivana parecía estar traspasado, con sentimientos encontrados en su corazón.

Ya no era ni consciente por la fiebre, pero aun así su mente estaba llena de pagar deudas… Ivana no se podía creer de ninguna manera que ese tipo persona era capaz de hacer una perversidad como esa.

Denis dijo que le llamaban degradante… ¿Denis degradante? Si Denis fuera degradante entonces, ¿qué persona del mundo se podría considerarse virtuoso?

Esa mujer tonta era tan orgullosa que se había ganado el respeto de Ivana.

Incluso la Ivana de aquel entonces sabía llorar a escondidas y pensaba en el suicidio. Sin embargo, la tonta Denis nunca había dicho ni una palabra sobre su sufrimiento y solo se lo tragaba sin más.

Y el dinero que decía la gente, que Denis ganaba rogando, vendiendo su dignidad y dejándose humillar, esa mujer lo había entregado a Ivana y ni si quiera lo había mirado dos veces.

Los demás no entendían, pero Ivana sabía que… lo que esa mujer intercambiaba con su dignidad no era dinero, sino libertad.

Joaquín había restringido la libertad de esa mujer tonta con 0,5 millones euros.

Esos 0,5 millones eran una cifra inalcanzable que la tenía fuertemente atada.

En ese momento, Denis estaba intentando con todas sus fuerzas librarse de esa atadura.

Pero era inútil, incluso se sabía que forcejar desesperadamente solo conllevaría más heridas en el cuerpo, pero aun así no se rendía… La idea de que el señor Joaquín ya realmente se pasó de la raya, apareció en la mente de Ivana.

Ya era de noche, Ivana volvió a Emperador Internacional.

Al entrar en la oficina:

-¿Y ella?

-¿Señor Joaquín? ¿A quién se refiere?- Ivana no se esperaba que el señor Joaquín viniera hoy a su oficina, incluso esperarla allí.

-¿Dónde está Denis?

Si no mencionara a Denis, Ivana aún podía contener su ira, al mencionarlo a Ivana le vino toda la furia.

Pero delante de ella estaba su jefe que hacía las cosas de manera cruel, así que no podía decir nada por más descontentos que tuviera.

-Denis ha pedido día libre hoy.- ella dijo de mala gana y conteniendo toda la furia que tenía en su interior.

-Dile que venga- dijo el hombre que estaba sentado en el sofá, -¿Quién ha aprobado su ausencia? ¿Ya ha ganado los 500,000 euros suficientes?

-¡Señor Joaquín! ¡Denis está enferma!- Levantó la voz Ivana apretando fuertemente los dientes.

-¿Parece que no estás contento conmigo?

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