—Te mostraré lo bonito y romántico que es la Ciudad Sur —Eduardo ordenó avanzar el helicóptero hacia el centro de la ciudad.

—El helicóptero es muy ruidoso, ¿molestará a la gente? —Celia también quiso aligerar el ambiente, sabía perfectamente que Eduardo no había olvidado lo que ella acababa de decir.

—Da igual mientras que seas feliz —Las comisuras de la boca de Eduardo se levantaron.

El corazón de Celia se aceleró de repente y giró la cabeza para mirar por la ventana en silencio.

Observaba cómo el helicóptero pasaba por el centro de la ciudad, atravesando el espacioso río y en dirección a una isla en el centro del río

—¿Vamos a esa isla? —Celia no pudo evitar preguntar.

—Vamos a pasar la noche allí.

El corazón de Celia se tensó y miró a Eduardo con una pizca de incomodidad.

Seguía teniendo el ritmo cardiaco rapidísimo hasta que el helicóptero aterrizó.

Debería haberse negado a venir a la isla y a la petición de Eduardo de pasar la noche juntos, pero el tono de la voz de Eduardo no era una pregunta, sino la estaba informando.

—Todavía queda tiempo antes de la cena, ¿quieres dar una vuelta por la isla o quieres descansar un poco?

Eduardo condujo a Celia a la villa, donde los recibieron dos sirvientas.

Al parecer, este lugar también era propiedad privada de Eduardo. En estos años fracasó en la vida amorosa, pero triunfó en su carrera profesional.

—Voy a tomar un descanso… —Celia optó por lo segundo, que todavía estaba un poco aturdida.

Eduardo llevó a Celia a una habitación de arriba, era muy acogedora y toda la decoración estaba impecable.

—Esta es tu habitación para esta noche —introdujo Eduardo con voz suave.

La expresión de Celia cambió, sintiéndose de repente un poco ridícula por lo que había pensado, ya que se pensaba que Eduardo se refería pasar una noche de…

Era ella, que tenía la mente sucia. Celia se mordió el labio y se criticó.

—La bañera viene con una función de dar masaje, puedes probarlo, es muy relajante.copy right hot novel pub