Celia seguía pensando en Eduardo debido a las palabras de Paula.

—Tienes razón, pero no quiero —dijo Celia en voz baja, tenía las manos cruzadas sobre su rodilla.

—¿Por qué? —Paula se quedó aturdida.

—Creo que el daño que me ha hecho en estos días compensa con lo que le causé.

Celia dijo lentamente, en sus palabras no había muchas emociones.

—No se puede comparar los dos tipos de daños... Si no le hubieras hecho daño primero, ¿cómo podría haberte hecho esto después?

Paula intentó convencerla para cambiar su forma de pensar.

—Estoy segura de que Eduardo no te dejaría decirme esto —Celia cambió oportunamente del tema—Gracias por vuestra ayuda sobre lo de Alejandro, me iré de la Ciudad Sur en cuanto consiga mi equipaje, que es lo que hubiera querido Eduardo.

Tras decir estas palabras, Celia se levantó del sofá y se preparó para salir.

Justo al llegar a la puerta, sintió un repentino mareo, se frotó las sienes y miró a Paula.

«¿Por qué tengo esta sensación si antes estaba bien?»

—¿Qué pasa? Descansa un poco si estás cansada.

Paula enarcó una ceja al ver el estado de Celia y la agarró de los hombros.

Celia estaba a punto de decir algo cuando sus piernas se aflojaron y se inclinó sobre Paula...

Paula miró con una sonrisa a Celia desmayada, y luego la dejó en la cama.

Hecho esto, Paula vació la botella de agua de la mesa que Celia había bebido y luego la tiró.

—Primo, ella está en el piso del centro, yo me iré, da igual si vas a venir o no —Paula llamó a Eduardo.

—¡Te advertí que no fueras a buscarla! —Eduardo parecía un poco agitado.copy right hot novel pub