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⭐Amor sin anestesia

Capítulo 17 Siempre amigas

“Un amigo es la persona que sabe todo de ti y aún así, le gustas”

Elbert Hubbard

Karem se queda dormida. El trajín del día fue cansancioso para ella. El sonido de la alarma, la despierta del profundo sueño. Ve la hora, ya es hora de levantarse. Va a la cocina, enciende la cafetera, coloca el agua y el café. Regresa a su cuarto. Saca de las bolsas, las cosas que compro, las coloca en el guardarropas. Toma una de las camisas, de chiffon blanco y un jean oscuro. Los estiletos nuevos. Deja todo arreglado sobre la cama. Se mete en el baño. Se da una ducha, sale envuelta en la toalla. Toma un conjunto de brassier y blumer blanco. Se viste, se maquilla y sale. Ya el café está listo. Sirve, como de costumbre, en un vaso desechable para ir tomando en el camino al trabajo

Rumbo a la oficina, recibe un mensaje. Se orilla, para leerlo. Es de Virginia:

–Ka, avisa a Luis, que hoy no podré ir. No me siento bien. Creo que tengo fiebre y un puto dolor de cabeza que no se me quita.

Karem le responde:

–¿Es en serio, o estás de paseo?

–Es en serio vieja. Cuando llegué a cada ayer en la tarde, me sentía co malestar, pero anoche fue terrible. No dormí. Apenas vi tu mensaje esta mañana.

–Está bien, cuídate mucho. Yo le digo a Luis. De todas maneras, ve al médico. No te descuides con eso.

Pone en marcha el auto. Comienza a preocuparse por su amiga. Si es cierto, que se siente mal, lo mejor es que no esté sola. “Y si le escribo a Camila”, piensa. “Tal vez pueda acompañarla al médico”. Mientras que decide que hacer, llega hasta el edificio. Estaciona su carro. Sube las escaleras. Coloca la carpeta y el vaso sobre su escritorio y se encamina hacia la oficina de Luis.

La puerta está cerrada. Habitualmente permanece abierta. Toca dos veces seguida. Cuando está por regresarse, oye el seguro de la puerta. Carmen se arregla el cabello.

–¡Puedes pasar! El jefe te espera.

Karem regresa, algo inquieta por la situación.

–Disculpa si te interrumpí.

–No para nada. Estaba dándole orientaciones a Carmen para que me realice unos informes. ¿Qué necesitabas?

–Ah, si. Virginia no vendrá hoy. Se siente un poco indispuesta. Yo le dije que fuese al médico.

–OK. Mantenme informado. Ah, Karem, ¿puedes dejar estos documentos en la oficina de archivos?

–Claro, yo los bajo.

Toma la carpeta y sale de la oficina. Entra en el ascensor. Presiona el botón de PB. El ascensor se abre. Se dirige a la oficina de archivos. Cuando entra, aquel hombre de ojos grises y cabello rojizo, le sonríe.

–Hola, soy Karem–se presenta extendiendo la mano.

Él extiende su mano también, le responde:

–Soy Ernesto Martínez–un placer–añade.

–Estos archivos los envía el jefe.

–Gracias por traerlos–estira la mano para alcanzar la carpeta.copy right hot novel pub

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