KELLY
Las palabras de esa persona me hacen eco en la cabeza, Rease puede morir si no pueden reanimarlo, su hija puede quedar sin padre y yo sin él. El remordimiento me está picando el alma, ¿cómo es que pude ser así con él? Miro a la bellísima Julieta, se le nota en los ojos su arrepentimiento, es mayor que el mío y debe ser, Rease a sufrido por ella y su hija.
—Dios mío, esperemos que esté bien—William solloza.
Por favor, que Rease salga de esta, necesito ver sus bellos ojos de nuevo. Quiero escucharlo reír de nuevo como aquella vez en mi casa cuando estábamos haciéndonos cosquillas como unos niños, quiero volver a estar con él, aunque no lo merezca por haberlo engañado y jugado con él.
Los ojos me arden, me estoy muriendo de la ganas de llorar. Tengo ganas de tirarme al suelo y suplicar que él esté bien.
—Kelly, él va a estar bien—me siento la persona más hipócrita después de escuchar las palabras de Barry, él también me ha mentido pero no significa que yo también tenga que ser así, pero tampoco me atrevo a admitir que me besé con Rease cuando estábamos separados.
—Lo sé, es muy capaz de lograr lo que quiere— se me viene a la mente lo que un día me contó, el día del parto de Julieta, no tenía dinero para pagar el hospital hasta que trabajó día y noche para poder reunir el dinero sin tener que pedir prestado. Mi Rease, yo sé que es tan fuerte como un roble pero también sé que puede ser derribado...
—Kelly... Hay que irnos a casa, deberías de comer algo, ya llevamos más de 5 horas esperando, por favor. Ya nos hubieran dicho las malas noticias, hazlo por los bebés.
—¿Bebés?—interrumpe Julieta.
—Sí, bebés —afirma William.
—Vamos a tener mellizos, están sanos y ya no falta mucho para tenerlos aquí —dice Barry entusiasmado.
—Enhorabuena—le da un abrazo y me mira sonriente. —También para ti.—No entiendo su deje de sarcasmo. ¿Hay algo malo que ella sepa de mí? Definitivamente sí.
—Bien, Barry—me levanto de la silla y me acerco a él.—Vámonos— de ninguna manera quiero que Julieta piense que me estoy marchando por miedo pero realmente ha hecho presión en mí y no quiero que me vaya a decir algo.
El tiempo de se descompuesto cuando salimos del hospital, no tarda en llover.
—Abrocha tu cinturón de seguridad—me recuerda Barry. Yo solamente asiento y lo obedezco, no quiero que llueva, por más loco que parezca me gusta más cuando hace calor. Me gusta el calor, puedes estar en vestido, sandalias, ir por la vida sin abrigo y sin sombrilla y sobre todo eso.copy right hot novel pub