Kelly
Ya pasó una semana desde que llegamos a Roma, todo es perfecto, aunque no me agrada la idea de que Barry no me deje hablar con las gemelas, las extraño mucho, pero él insiste en que tengo que relajarme que ellas están bien con mi mamá.
En el hotel que nos hospedamos está de lujo, incluso tiene una especie de despacho en el que Barry se la ha pasado metido desde la mañana.
—Cariño, se nos hace tarde para nuestra cena— Le digo. Ayer hice una reservación en un restaurante para las 7:30 pm y ya son las 7:00.—Ni siquiera te has arreglado, sigues en pijama.
—Si Kelly, pero me informaron que hay socios interesados en colaborar con la empresa y no puedo desaprovechar la oportunidad. —Me contestó claramente irritado.
—Pero prometiste que cenaríamos ahí esta noche, de verdad quiero ir.
—Ahora no tengo tiempo para cenas, necesito cerrar un contrato con ellos. Así que déjame solo tengo una video llamada con ellos en unos minutos.
—Desde que despertaste solo has hecho llamadas, cuando llegamos dijiste que nada de celular. —Ya estaba comenzando a molestarme su comportamiento.
—Sí, pero de verdad esto es importante. Ya deja tus dramas de lado y déjame trabajar, mañana iremos a donde quieras.
—Tú si puedes hablar con tus socios y yo ni siquiera he hablado con mis hijas.
—Le grité. —Para qué propones estas vacaciones si vas a estar ocupado.
Barry me miró con el ceño fruncido y cerró el laptop demasiado duro, solo espero no se haya roto la pantalla. Se levantó de su asiento y camino hacia mí .
—Ok Kelly, tú ganas. Perderé está maldita oportunidad, pero tú perderás tu estúpida cena. Quiero que llames para cancelar. — Dijo mientras me miraba.
—¿Qué rayos te pasa a ti?—Pregunté alzando la voz— Pareces un loco.
—Por dios Kelly, me desesperas.— Me miro de arriba abajo—Aparte, así como estás vestida no iba a ir a esa cena, ¿ya te viste? Pareces una puta con ese vestido.
Miré mi vestido rojo, el cual se ajustaba a mi cuerpo. Lo había comprado ayer que fui de compras, se suponía que tenía que gustarle a mi esposo, al parecer me equivoqué.
—No me faltes el respeto. ¿Todo esto por tu maldito contrato? Pudiste haberlo hecho hace unas horas, pero está cena era importante.— A estas alturas sentía que en cualquier momento iba a soltar a llorar— Ni siquiera recuerdas que es nuestro aniversario— Barry abrió los ojos sorprendido, y fue ahí cuando comencé a llorar.copy right hot novel pub