El corazón de Daphne se saltó un latido y su boca se secó de forma abrupta, estaban tan cerca que podía sentir la suavidad de un oscuro mechón de cabello rebelde que se deslizaba por su mejilla.
Su mente se nublo y por un instante solo logró concentrar su mirada en el océano azul vibrante en los ojos de Dorian.
Pero un destello de dientes color perla, expuestos en una sonrisa lobuna le indicó que había caído en la trampa. Al parecer, él también podía jugar sus juegos imponiendo sus propias reglas.
—Muy bien señor guapetón, ya entendí—contestó ella levantando las manos en el aire-ahora se que tu tambien puedes jugar con fuego y en verdad te sienta bien.
El rostro de Dorian se iluminó por el susurro de una sonrisa genuina mientras negaba con la cabeza.
—Eres peligrosa y tienes una lengua muy afilada—contestó él mientras se apoyaba en la madera de su escritorio, quedando a un lado de Daphne.
—No te preocupes, no corta…. bueno en realidad ya lo pudiste comprobar—contesto ella obsequiando una sonrisa felina que no duró demasiado antes de unirse a la búsqueda de algo entre sus papeles aún en blanco.
Pero a Dorian no le importó lo más mínimo, las palabras de Daphne se hicieron eco en su pecho desgarrando su corazón.
La beso y se dio el tupé de coquetear con ella. Era un maldito, como podía clamar a los vientos que aun amaba a Elena cuando una mujer diferente lo seguía con una mirada depredadora por la habitación.
—Antes de firmar algún convenio quiero que me cuentes la historia—dijo ella de forma repentina, atrayendo su atención a la realidad.
Cuando sus ojos hicieron foco sobre los de ella, los noto por primera vez cálidos y amables, lo cual lo hizo despertar sospechas.
—¿Porque?, según tengo entendido ustedes no hacen preguntas; aceptan trabajo, cumplen con lo requerido y desaparecen—Contestó él, su voz sonando fría mientras la observaba con escepticismo.
—Quiero saber la historia para poder entender el motivo de tus actitudes Dorian, está claro que no te agrada en lo absoluto la idea de una mujer en tu apartamento, menos aún que esta te coquetee. Por eso quiero saber el motivo de tus ojos tristes, la coraza de hielo que recubre tu corazón, pero por encima de todo necesito entender porque aun amas a una mujer que te rechazo y te dejo tan roto que buscaste mi ayuda—contesto Daphne, su voz firme y su mirada oscura tan imponente que lo dejó paralizado en el lugar sopesando cada palabra.
Ella al parecer no lo sabía, o desconocía que su llegada a ese lugar se debía a Margarita, pero ella no había preguntado sobre eso, tampoco necesitaba esa respuesta; si era sincero el sabia que Daphne tenía que conocer la historia para hacer un mejor trabajo, entonces lo hizo. Por primera vez desde la partida de Elena, se atrevió a contar aquella historia.copy right hot novel pub